La familia de Irapuato que se encontraba atrapada en Jerusalén, Israel, y que afortunadamente ya se encuentra en el aeropuerto de Tel Aviv, con muchos mexicanos más, relató en entrevista para MILENIO cómo ha sido su experiencia en la zona de conflicto con Hamás.
Franco Soria Macías, su esposa y sus tres hijos, llegaron al mediodía de este martes 10 de septiembre al aeropuerto, en donde se encontraron con al menos 200 mexicanos más, esperando poder regresar al país.
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Sin embargo, no tienen información de cuándo y quiénes podrían viajar de regreso a México.
Franco explicó que no tienen confirmación oficial sobre qué pasará, ya que aseveró que solo hay rumores en el aeropuerto que la decisión de quién viajará podría ser 'humanitaria', es decir, niños, adultos mayores, enfermos y mujeres primero.
“El día de hoy, a las 10 de la mañana tuvimos contacto con la embajada, porque vimos una información un poquito más certera, que el vuelo mexicano, supuestamente llegaba aquí al aeropuerto de Tel Aviv a las 11 de la mañana y nos han dicho que nos desplacemos al aeropuerto, que teníamos que estar aquí a más tardar a las 12, hemos llegado por aquí a las 12:05, hay mucha gente, está lleno y además está lleno de muchos mexicanos, hay muchos mexicanos”, declaró Franco.
“Ya estamos aquí, no tenemos todavía mucha información referente al avión, al vuelo, a la hora, a quién abordará, porque estamos con incertidumbre de si todos los que están aquí van a poder abordar, realmente son muchos y no sabemos realmente si todos van a caber, hay confusión, hay familias por ejemplo que son madre e hija mexicanos, padre israelí y al parecer a él no lo sacarán, entonces tienen ellos esa incertidumbre de si van a dividir a la familia o no”.
El originario de Irapuato detalló que a todos los mexicanos les pasaron un link de la Secretaría de Relaciones Exteriores para anotarse, sin embargo, ya en el aeropuerto escucharon que esa lista no será el orden en el que viajarán.
“Si nos han mandado un link donde teníamos que anotarnos, todos los que estamos aquí estamos anotados, no hay ninguno que falte, pero a pesar de eso, al parecer la selección no tendrá que ver con la lista, si no con cuestiones de carácter más humanitario, es decir niños, ancianos, enfermos, eso es lo que nos han dicho, aunque no tenemos una información muy oficial, son un poco de rumores de la gente que estamos por aquí”.
Reconoció que el gobierno del estado de Guanajuato se puso en contacto con ellos desde ayer, pero, la información de quién y cuándo podrían volar a México no depende de ellos, si no del gobierno federal.
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Una guerra similar no había ocurrido desde hace 50 años; los niños los más espantados
Franco, platicó que la situación ha sido compleja de sobrellevar, sobre todo para los más pequeños (sus hijos) y que incluso les ha minimizado el riesgo.
“Les hemos ocultado un poquito el riesgo”.
Recordó que el sábado 7 de octubre empezaron a escuchar las alarmas de bombardeo en Jerusalén, lugar donde por su ubicación era difícil que pudiera darse una situación de ataques.
“Estábamos desayunando en nuestro departamento cuando empezamos a escuchar las alarmas en Jerusalén, nosotros estábamos ubicados cerca de la explanada del templo de la ciudad antigua, a pesar de ser una zona con unos lugares palestinos muy importantes para ellos, como la roca y la mezquita y eso hace que Jerusalén y esta parte de Jerusalén prácticamente no sea atacada, pero empezamos a escuchar las alarmas”, mencionó Franco.
“Obvio es algo a lo que no estamos nosotros acostumbrados y corroboramos lo que estaba pasando, pero nos sorprendió porque las alarmas se han encendido en estos días 9 veces o más, cosa que no ocurría por lo que te platico, realmente una situación así no había ocurrido desde hace 50 años, hemos vivido una situación difícil, yo estaba ahí con los chiquitos, aquí está mi familia”.
Reiteró que nunca habían vivido algo similar y para tratar de calmar a sus 3 hijos menores de edad, tuvieron que “ocultarles un poco el riesgo eincluso inventar historias”.
“Hemos tenido que pues utilizar los refugios, el estar con los niños tratando de explicarles que esto no es algo tan grave, tratando de calmarlos, pero obviamente con nerviosismo y ganas de salir, hemos encubierto un poco la situación, les hemos dicho que donde estábamos no había conflicto, era alrededor, les hemos ocultado un poquito el riesgo, lo han vivido así, lo han vivido en relativa calma, obvio hay cierto nerviosismo, no es igual, aquí”.