La embajadadora de México en Francia indormó que la hija de un notable intelectual y coleccionista frances, Max-Pol Fouchet, regresó a México tres piezas prehispánicas que poseía en herencia de su padre.
"La recuperación de estas piezas se formalizó mediante la firma de un acta de entrega, y de un reconocimiento", explicó el comunicado de la embajada.
El acto se formalizó en la ciudad de Vezelay (centro), entre Marianne Fouchet y la embajadora mexicana, Blanca Jiménez Cisneros.
Se trata de dos estatuas de cuerpo entero y de una cabeza, todas ellas autentificadas por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
La primera, de estilo huasteco, procede del norte de la Costa del Golfo, y fue elaborada entre los años 1000 y 1521.
La segunda es de estilo Ixtlán del Río y procede del actual estado de Nayarit, y fue realizada entre los años 300 a.C. y 600 d.C.
La tercera es de estilo Tlatilco y fue manufacturada entre los años 1500 a.C. y 200 a.C.
Max-Pol Fouchet (1913-1980) fue un poeta, crítico de arte y personalidad televisiva francesa.
Ligado a la Resistencia durante la II Guerra Mundial, tras la liberación de su país emprende viajes por todo el mundo, que nutren parte de su dilatada obra literaria.
El escritor publicó en 1967 "Le Mexique que j'aime...", así como otras obras sobre sus viajes por India, el Magreb o el Caribe.
Varios países latinoamericanos en Francia emiten regularmente avisos sobre ventas de arte prehispánico que consideran de origen irregular.
LG