Cuba se dispone a despedir 2020 multiplicando las pruebas PCR para detectar coronavirus, ya que en la isla los contagios por covid-19 crecen, mientras que la gente se niegan a renunciar a convivir con la pandemia, según los informes de las autoridades de salud.
El gobierno de Miguel Díaz-Canel ha llamado a mantener la prudencia durante las tradicionales reuniones familiares de fin de año, al tiempo que entre los cubanos, MILENIO registró contradicciones a las convocatorias de las autoridades.
“A mí no me conviene que se retroceda al encierro que vivimos durante tantos meses, la economía está en crisis, pero al mismo tiempo me preocupa que cada día son más los enfermos”, dijo Julia Sobaler, de 45 años, dueña y chef de un restaurante privado en la capital cubana.
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Durante los más de cinco meses que los cubanos vivieron con prohibición de movimientos y hasta sin transporte público, Julia, vio la oportunidad de mantener su negocio activo con entregas a domicilio, pagadas desde el exterior de la isla, mediante una aplicación por Internet.
El ministerio de Salud informó en su más reciente parte la realización en un solo día de “12 mil 52 pruebas de PCR (en los primeros meses de pandemia rondaban las cinco mil cada 24 horas), de las cuales resultaron 131 positivas al virus”.
“El país acumula desde que comenzó la pandemia en marzo un millón 316 mil 973 muestras realizadas y 10 mil 24 positivas (0,76 por ciento), en tanto suma 137 pacientes fallecidos, lo que equivale a un porcentaje muy inferior al del resto de América”, puntualizó.
Las autoridades de salud agregaron que se encuentran hospitalizados para vigilancia clínica epidemiológica 723 pacientes, sospechosos 353, en vigilancia mil 889 y confirmados con el virus 909. Esta última, es la cifra más alta desde marzo.
“Yo creo que nos estamos arriesgando demasiado con eso de convivir con el virus, pero al mismo tiempo no quiero que cierren los aeropuertos porque mi hijo tiene pasaje para enero y hace dos años que no nos vemos”, declaró Antonio Ramírez, 75 años, ingeniero jubilado.
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Desde octubre, Cuba reinició operaciones comerciales en todos sus aeropuertos para atraer turistas extranjeros, principal fuente de ingresos, y al mismo tiempo está recibiendo a cientos de cubanos dispersos por el mundo.
“Tenemos que ser más exigentes con los viajeros para que cumplan los protocolos sanitarios”, ha insistido Reinaldo García Zapata, el gobernador de La Habana, que con sus más de dos millones de habitantes vuelve a ser el territorio de mayores contagios en el país.
Se estima que más de la mitad de los nuevos enfermos en la capital se debe a que los cubanos que vuelven “hacen reuniones familiares sin esperar los resultados de los PCR como está establecido”, según el gobernador.
El gobierno nacional equilibra entre la urgencia de reactivar la economía y la necesidad de mantener controlada la pandemia con la vista puesta en que las capacidades hospitalarias no lleguen a un punto crítico.
El peor año de Cuba
El ministro de Economía de Cuba, Alejandro Gil, anunció ante el parlamento nacional que al cierre de este año el Producto Interno Bruto (PIB) de la isla decrecerá 11 por ciento. El promedio en América Latina será siete por ciento, según la CEPAL.
Gil atribuyó el desplome a la fuerte contracción del comercio exterior, la reducción el turismo internacional y de los ingresos en divisas fuertes por la covid-19, y el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos a su país.
En tanto, el presidente Miguel Díaz-Canel afirmó en la misma sesión del legislativo que la isla “ha vivido este año de pandemia quizás el año más duro de la revolución en las últimas décadas”.
LG