La administración de Joe Biden presume de haber logrado que se reduzca la llegada a Estados Unidos de migrantes de Honduras, Guatemala y El Salvador gracias a su novedosa estrategia de atender las causas de raíz de la migración, invirtiendo 3 mil millones de dólares para el desarrollo de Centroamérica.
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Michael Camilleri, administrador adjunto de la Oficina para América Latina de la Agencia estadunidense para el Desarrollo Internacional (Usaid), reivindicó en una entrevista con EFE que esta estrategia, puesta en marcha en julio de 2021, está dando resultados.
"Mientras la migración irregular de muchas partes de nuestra región está creciendo, la del norte de Centroamérica está bajando porque las personas hondureñas, guatemaltecas y salvadoreñas cada vez más tienen un futuro de prosperidad", afirmó.
De acuerdo con datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), unos 324 mil ciudadanos de esos tres países llegaron a la frontera sur de Estados Unidos en 2023, lo que supone una reducción del 29 % respecto a 2021.
Menos personas forzadas a migrar
Según Camilleri, esa reducción no se debe solo a las restricciones que la Administración demócrata ha aplicado en la frontera en contra de la migración irregular, sino también a las inversiones para desarrollar una región históricamente empobrecida.
Durante los últimos tres años, el gobierno estadunidense ha invertido unos 3 mil millones de dólares en Centroamérica y la vicepresidenta, Kamala Harris, ha liderado una iniciativa para movilizar otros 5 mil millones en inversiones privadas.
El objetivo, detalló Camilleri, es revertir la falta de oportunidades económicas, que es el primer factor que empuja a miles de personas a abandonar sus países, así como combatir la inseguridad, la corrupción, la violencia de género y las violaciones de derechos humanos.
Gracias a los programas de la Usaid, ejemplificó, se han creado 70 mil nuevos empleos en Centroamérica y más de 200 mil estudiantes han tenido acceso a programas educativos.
"Hemos logrado tener un impacto creciente real sobre las intenciones y las realidades de las personas que deciden migrar", afirmó.
¿Peligra la estrategia con Trump?
Estados Unidos celebrará elecciones el 5 de noviembre y un regreso a la Casa Blanca del republicano Donald Trump (2017-2021), quien mantiene una fuerte retórica antimigrante, podría poner en peligro este tipo de iniciativas.
Pero, según Camilleri, el tema migratorio seguirá en la agenda "pase lo que pase en noviembre" y se puede "demostrar con datos que invertir en Centroamérica no solo transforma la vida en Centroamérica sino también impacta en el número de personas que llegan a la frontera".
"Cada presidente de Estados Unidos tiene el derecho de decidir cuál va a ser su política sobre cualquier tema, pero lo que hemos visto claramente en el debate actual político es que la migración es un tema bipartidista", afirmó.
¿Más migrantes de Venezuela?
Además de la situación de Centroamérica, uno de los retos más grandes para la región es la crisis en Venezuela, de donde han salido cerca de 8 millones de personas en los últimos años, de los cuales unos 6.5 millones se han instalado en Colombia, Perú, Ecuador, Chile y Brasil.
Camilleri explicó que Estados Unidos ha invertido unos mil 500 millones de dólares para "responder a la crisis humanitaria resultado del éxodo venezolano y para apoyar a los Gobiernos de la región".
La Administración estadunidense desea que las elecciones presidenciales del 28 de julio en el país caribeño sean "competitivas" y seguirá el proceso "con atención" por si se desata una nueva crisis migratoria en función de los resultados.
"Ha habido históricamente flujos migratorios que responden a momentos políticos en Venezuela. Hay encuestas que indican que dependiendo de lo que pase en las elecciones eso podría afectar en las decisiones de seguir o no viviendo en Venezuela. Lo estamos siguiendo con atención", afirmó el funcionario.
mach