Estados Unidos oficializó hoy su salida del Tratado de Cielos Abiertos (Open Skies, en inglés), un importante acuerdo internacional que nació para favorecer la transparencia de las naciones en cuanto al control de armas, pero que la administración de Donald Trump recazó en el último tiempo, acusando a Rusia de no cumplirla.
Con esta medida, Trump suma otra voluntad internacional que rechaza durante su gobierno, previamente lo hizo con el Acuerdo de París, el cual hoy justificó también su decisión de salir.
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El acuerdo Open Skies surgió justo tras el fin de la Guerra Fría para verificar los movimientos militares y las medidas de control de armamentos de los países firmantes.
"Estados Unidos ya no forma parte del Tratado de Cielos Abiertos", indica la breve nota del Departamento de Estado, que recuerda que el proceso para la retirada implicaba una espera de seis meses exactos, el que ya había sido comunicado.
El acuerdo fue firmado en 1992, después de la Guerra Fría, y entró en vigencia en 2002, permitiendo a 35 países firmantes, incluyendo Estados Unidos y Rusia, realizar sobrevuelos de observación en los territorios de cada uno, fotografiando desde el aire, con el objetivo de asegurar que sus vecinos o rivales no preparan ataques militares.
Moscú y Washington se han acusado mutuamente de violar los términos del acuerdo y en mayo el gobierno Trump dio el aviso requerido con seis meses de antelación para abandonar el pacto.
El argumento que esgrimió Estados Unidos para retirarse es el de que Rusia le impide supervisar desde el aire sus ejercicios militares, y no permite los vuelos sobre regiones donde se cree que Moscú tiene armas nucleares que podrían alcanzar Europa, en concreto en Kaliningrado, ni tampoco cerca de las regiones georgianas separatistas de Abjasia y Osetia del Sur.
Desde la llegada al poder de Trump en 2017, Estados Unidos se ha retirado del acuerdo nuclear iraní, así como del tratado de París contra el cambio climático.
OMZI