Agentes de la Fiscalía de Colombia incautaron, gracias a un trabajo conjunto con la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en ingles) y el Ejército, un jet con más de una tonelada de cocaína que, de acuerdo con las indagatorias, sería recibida por personas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Un complejo narcotraficante en zona rural de Tumaco (Nariño), en junio del año pasado, permitió al Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía General de la Nación, conocer la ruta y el andamiaje criminal dispuesto para procesar y sacar toneladas de clorhidrato de cocaína con destino a Centroamérica.
Los investigadores ubicaron en el laboratorio varias marquillas utilizadas para identificar los bloques de estupefacientes. Una de estas tenía el logo G1, que al parecer, salían de centros de producción ilegal en Tumaco, en diferentes cantidades que no superaban los 100 kilogramos.
La sustancia era camuflada en vehículos de carga y trasladada a Cúcuta (Norte de Santander), donde, supuestamente, se acopiaba hasta completar la tonelada y coordinar su paso a Venezuela.
De acuerdo con el material de prueba, toda la actividad ilícita era articulada por la estructura disidente de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), conocida como Nueva Marquetalia.
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Con esta información, se advirtió sobre un jet G3 con un cargamento de clorhidrato de cocaína, que había despegado de una pista clandestina ubicada en territorio venezolano.
Autoridades internacionales detectaron la aeronave y la obligaron a aterrizar en Petén, Guatemala. En las inspecciones fueron encontrados mil 28 kilogramos de cocaína; los bloques de la sustancia tenían la marquilla G1.
El estupefaciente era esperado por contactos del CJNG, liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho.
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