El 11-S de Israel: Hamas sorprende con parapentes, cohetes y milicianos

El ataque más mortífero de los últimos 50 años constituye un golpe a la reputación y prestigio de los organismos de inteligencia. Prevén que la venganza de Netanyahu será aún más agresiva.

En solo dos días, la guerra en Israel ha dejado más de mil muertos (Ilustración: Mauricio Ledesma)
Ciudad de México, México /

La imagen de una decena de parapentes en el cielo del amanecer podría ser la de una bella campaña de promoción turística. Deportistas de riesgo buscando el sol cuando empieza a alzarse sobre la atmósfera. Pero los hombres no volaban por placer. Estaban armados y emprendían una operación atrevida y sangrienta, la más sorprendente, audaz y mortífera que ha sufrido el Estado de Israel en 50 años.

La pequeña franja de Gaza no es más que un banco de arena. No tiene montañas ni alturas para practicar el vuelo libre. Motorizaron las alas con grandes ventiladores artesanales para poder elevarlas. La mayoría de los parapentes llevaba a dos personas, y otros solo a una. Tomaron impulso en territorio palestino y saltaron sobre una de las fronteras más fortificadas del planeta. Gritando “Dios es grande”, aterrizaron sobre cuarteles militares, zonas residenciales y un festival de música, donde solo los más temerosos y paranoicos habían imaginado que algún día padecerían un ataque como este. Y dispararon.

En otras circunstancias, los voladores habrían sido cazados en el aire, derribados en segundos como patos flojos. Pero eran parte de la operación más secreta, ambiciosa, audaz y bien ejecutada emprendida por una organización palestina en toda la historia, de la milicia islámica Hamás, que al tomarla por sorpresa, exhibió globalmente las falencias de la hasta entonces engreída inteligencia israelí. Se trataba de abrumar los mecanismos de defensa, empezando por el Domo de Hierro, el ultrasofisticado sistema de misiles que solía destruir en el aire casi la totalidad de los cohetes que suelen disparar desde Gaza. A las 6:30 horas, lanzaron más de 2 mil 500, que no solo fueron muchos en cantidad, sino más precisos de lo que se conocía, e impactaron en numerosas localidades, tan lejos como Tel Aviv y las cercanías de Jerusalén.

Al mismo tiempo, cientos de hombres se lanzaron en muchos puntos contra la fortificada valla fronteriza, a la que normalmente nadie se puede acercar sin ser instantáneamente fulminado por un drone o el proyectil de un tanque. Eran demasiados. Con máquinas excavadoras, abrieron brechas y pasaron en motocicletas y pick-ups. Los milicianos armados se confundían entre multitudes que les daban cobertura. Y para completar el esquema, otros entraron en Israel en lanchas rápidas.

Era la materialización de las peores pesadillas de los israelíes, tan exageradas que nadie en el ejército ni en los servicios de seguridad -el Shin Bet y el Mossad-, las tomaron en serio. A lo largo del sábado, los combatientes de Hamás y de sus milicias aliadas, en particular Yijad Islámica, mantuvieron el control de asentamientos y bases militares israelíes, como no había ocurrido desde la guerra de Yom Kippur, que inició exactamente 50 años antes. Asesinaron a unas 700 personas y secuestraron a alrededor de un centenar, al que ingresaron a Gaza.

Tomado por sorpresa, el gobierno israelí cuenta con una gran superioridad militar y las represalias serán inmensamente dañinas para Hamás y sobre todo para la población civil palestina. Pero el golpe a su reputación y prestigio, y el de sus organismos de inteligencia, tiene proporciones históricas.

Fracaso y respuesta masiva 

“Israel se enorgullece de tener capacidades de recolección de inteligencia exquisitas, tanto en términos de fuentes humanas como en recolección técnica”, escribió en un tweet Colin P. Clarke, director de investigación del instituto Soufan Center. “Sería difícil que dijeran que no hubo un colapso en alguna parte del sistema, esto es un fracaso de inteligencia con consecuencias masivas”.

“Nunca vi que la frontera fuese traspasada de esta forma”, dijo a MSNBC David Friedman, quien fue embajador de Estados Unidos en Israel. “Normalmente, incluso una sola persona de Gaza que se acerque a la frontera es interceptada y neutralizada antes de que pueda hacer nada. Esto es algo nunca visto, un fracaso de inteligencia”.

También Marc Polymeropoulous, un antiguo analista de la CIA que se ha vuelto un referencia en la comunidad occidental de inteligencia, describió en la red social X los hechos en términos muy duros: “Es el 11 de septiembre de Israel”, recordando el ataque contra la torre gemelas de Nueva York. “Es difícil comprender cómo no lograron detectar la operación que estaba planeando Hamás”.

El gobierno del primer ministro Binyamin Netanyahu, considerado el más derechista de la historia de Israel, había sido colocado contra la pared por protestas populares de enorme calado, en oposición a una reforma para someter al Poder Judicial. Ahora enfrenta la crítica por su fallo en detectar y prevenir esta operación. Israel es además muy sensible con la captura de sus ciudadanos: en 2011, tras cinco años de duras negociaciones, aceptó intercambiar a su soldado Gilad Shalit por la liberación de mil 27 presos palestinos.

Ahora enfrenta el reto de que más de un centenar de personas están en manos de Hamás.

Pero Netanyahu, quien ha sido primer ministro ya tres veces y es el que ha logrado gobernar por mayor tiempo en la historia israelí, suele sacarles provecho a las crisis imponiéndoles un alto costo en vidas a los palestinos. Hasta el momento, se reportaban más de 400 muertes en Gaza, y las guerras anteriores se han saldado con muchas veces más fatalidades palestinas que israelíes.

Se viene una respuesta militar masiva”, escribió Polymeropoulous, “posiblemente incluyendo una invasión terrestre, con potencial para una escalada. Y mantengan los ojos en Irán, también”.

aag

  • Témoris Grecko
  • Periodista, documentalista y analista político que ha cubierto conflictos sociales y armados en 95 países y territorios, publicado siete libros y escrito cinco documentales.

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