De los 45 presidentes que ha tenido Estados Unidos, en cuatro de ellos ya ha pesado la sombra del impeachment: Andrew Johnson, Richard Nixon, Bill Clinton y, ahora, Donald Trump.
Este proceso, recogido en la Constitución, tiene naturaleza política y no jurídica, ya que es el Congreso, y no el Poder Judicial, quien lo pone en marcha y lo vota. Fue activado en cuatro ocasiones en la historia y consiste en destituir al presidente (o a cualquier otro cargo público) por "traición, corrupción u otros delitos importantes".
El juicio político se desarrolla en dos etapas.
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En un primer momento, la Cámara de Representantes -de mayoría demócrata, en la actualidad- investiga y vota (teniendo que alcanzar la mayoría simple) la acusación contra el presidente. Si es formalmente acusado, el proceso pasa al Senado -ahora, de mayoría republicana- , donde se requiere una mayoría de dos tercios para condenar el presidente. Si se logran los votos necesarios, la destitución es automática y el vicepresidente toma el relevo.
Dos presidentes han llegado a ser acusados, aunque, finalmente, fueron declarados inocentes. Otro mandatario prefirió dimitir antes de evitar un casi seguro impeachment.
Éstos fueron los protagonistas y estos son los precedentes:
Andrew Johnson
La historia de la destitución de Johnson puede resumirse en una palabra: racismo. Tras el asesinato de Abraham Lincoln en 1865 al final de la Guerra de Secesión, Johnson, que había sido su vicepresidente, lo relevó.
Johnson era originario de Tennesse, un estado esclavista. Al asumir el poder, emitió una serie de normas que devolvían a los estados del sur el derecho a formar sus propios gobiernos. También retiró el Ejército.
Ante este nuevo escenario, los estados sureños aprobaron de nuevo los Códigos Negros, que prácticamente suponían un retorno a la esclavitud que había sido abolida pocos años antes, por Lincoln.
Empieza entonces un pulso de poder entre el Congreso y el presidente. El Congreso se niega a reconocer a los representantes de los estados del sur e intenta, en repetidas ocasiones, anular las normas que aprueban.
Mientras se van tensando las relaciones entre el poder ejecutivo y el legislativo, el Congreso aprueba una norma, llamada Tenure of Office Act, que pretende controlar el poder del presidente impidiéndole que destituya a altos cargos sin el permiso del Senado.
En concreto, la norma tenía como objetivo mantener en el cargo al secretario de guerra, que tenía poder para aplicar la política de Reconstrucción del país y que garantizaría la integración de los afroamericanos.
Johnson, a pesar de esta ley, insiste en despedir al secretario de guerra y eso marca el inicio de un proceso de destitución en su contra en el Congreso, donde se aprueba, por 126 a 47 votos, el impeachment.
El juicio a Johnson, considerado uno de los peores presidentes que ha tenido el país por su racismo y su falta de liderazgo en un momento crucial de la historia, llegó hasta el comité judicial del Senado donde Johnson, finalmente, se libró.
Richard Nixon
Nada más saberse que Nancy Pelosi decidía abrir el proceso de impeachment contra Donald Trump, el fiscal especial del caso Watergate, Richard Ben Veniste, reconocía que Trump era peor que Richard Nixon porque "no tiene vergüenza". Pero ¿qué hizo Richard Nixon?
En 1972, en plena campaña electoral y con todas las encuestas apuntando a un segundo mandato de Nixon, cinco hombres fueron detenidos por allanar las oficinas del Comité Nacional del Partido Demócrata (situado en el complejo Watergate, en Washington).
Estos cinco intrusos pretendían no sólo espiar a los rivales de Nixon, republicano, sino robar los archivos que obraban en poder de los demócratas sobre la relación algo dudosa que Donald Nixon, hermano del presidente, tenía con el millonario Howard Hugues. A
Al tiempo que aquellos intrusos eran juzgados, el Washington Post reveló que el Departamento de Justicia, el FBI, la CIA y la Casa Blanca estaban involucrados en el escándalo. Entre otras cosas, se demostró que Nixon tenía instalado en las oficinas demócratas todo un sistema de escuchas ilegales.
El Tribunal Supremo obligó al presidente a entregar aquellas grabaciones que le implicaban directamente en el escándalo de espionaje. En julio del 74, la Cámara de Representantes votó tres artículos del proceso de impeachment en los que acusaba a Nixon de haberse "embarcado personalmente o a través de sus subordinados" en un "plan dirigido a retrasar, impedir y obstruir" la investigación sobre el caso Watergate.
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Días después, Nixon reconoció las acusaciones y perdió los pocos apoyos que aún le quedaban. El 8 de agosto, para evitar la destitución, se convirtió en el primer presidente en renunciar al cargo.
"Dejar el gobierno antes de que mi mandato termine es algo que aborrezco profundamente desde lo más hondo de mi alma. Pero como presidente, debo poner los intereses de América en primer lugar", declaró en un mensaje televisado.
Fue sustituido por el vicepresidente, Gerald R. Ford, el único presidente no electo de la historia del país y que le otorgó el perdón, una medida muy criticada y que le costó las elecciones de 1976 frente a Jimmy Carter.
Bill clinton
La historia de las campañas electorales de Estados Unidos está plagada de jugosas revelaciones sobre las vidas privadas de los candidatos. Hijos secretos, amantes, adulterio.... Sin embargo, existe un cierto (y paradójico) puritanismo en el país "de la libertad".
El votante norteamericano suele castigar más al político que tiene una relación fuera del matrimonio que al que ha robado o cometido un delito. Y, sobre todo, lo que no perdonan, es la mentira.
El proceso de destitución contra Bill Clinton es el capítulo final del Escándalo Lewinski. En 1998 los medios desvelaron que el presidente de Estados Unidos había tenido una relación con una empleada de la Casa Blanca, Monica Lewinsky, de 22 años. Clinton aseguró, tajante: "Yo no tuve relaciones sexuales con esa mujer".
Pero había pruebas, llamadas telefónicas y un famoso vestido azul manchado con semen. Clinton había mentido.
Meses después, la Cámara de Representantes iniciaba el impeachment contra el mandatario por perjurio y obstrucción a la justicia. Era necesaria una mayoría de dos tercios en el Senado (67 de los 100 votos), pero sólo 50 y 45 senadores, en cada uno de los cargos, votaron contra Clinton, que fue así, finalmente, absuelto.
El mandatario, que continuó en el cargo hasta el año 2001, realizó una breve declaración en la que dijo sentirse "agradecido" y "arrepentido".
jos