Fuertes explosiones resonaban sobre Kiev el martes de madrugada, en un intenso ataque aéreo ruso sobre la capital ucraniana que combinaba proyectiles lanzados desde tierra, mar y aire.
El nuevo ataque sobre Kiev era “excepcional en su densidad, la cantidad máxima de misiles de ataque en el periodo más corto de tiempo”, dijo Serhii Popko, jefe de la Administración Militar de Kiev.
Era el octavo ataque aéreo ruso este mes contra la capital, una clara escalada tras semanas de calma y antes de una contraofensiva ucraniana muy esperada. También se producía mientras el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, concluía una vertiginosa gira europea para visitar a los principales aliados de Ucrania, y en la que obtuvo una nueva ronda de promesas de ayuda militar.
“Según la información preliminar, la inmensa mayoría de los objetivos enemigos en el espacio aéreo de Kiev fueron detectados y destruidos”, dijo Popko.
Se lanzaron 18 misiles de diversas clases en un ataque con drones, misiles de crucero y misiles balísticos, según la Fuerza Aérea ucraniana. Todos fueron interceptados y derribados, dijo el vocero de la Fuerza Aéreas Yurii Ihnat.
Seis misiles balísticos aéreos Kinzhal se lanzaron desde aeronaves MiG-31K y nueve misiles de crucero salieron de barcos en el Mar Negro, indicó Ihnat en un comunicado en Telegram. También se emplearon tres misiles de crucero de tierra S-400 contra la capital ucraniana.
Tras la primera ofensiva, Rusia lanzó también drones de ataque Shahed de fabricación iraní y realizó vuelos de reconocimiento, indicó Ihnat.
Cayeron restos en varios distritos de la capital. En el distrito de Solomyansky, los escombros provocaron un incendio en un edificio no residencial. El fuego fue extinguido.
Otros restos prendieron fuego a autos y cayeron en los terrenos del zoo, aunque no se registraron pérdidas, según el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko.
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