Varios sismos de baja intensidad, que no superaron los 5 grados de magnitud, sacudieron varias partes de Italia desde Ligura, Las Marcas y Sicilia, afortunadamente con saldo blanco, ya que no se reportaron afectaciones.
El primer sismo que se hizo presente tuvo una magnitud de 4.1 a las 15 horas con 40 minutos en Liguria (nororeste), el cual fue muy percibido por la población, pues en la capital Génova las personas salieron asustadas a la calle, incluso se cayeron algunas piedras de la iglesia de San Michele Arcangelo en Pieve Ligure, a 7 kilómetros del epicentro.
Además se decidió parar el transporte ferroviario en la región para comprobar el estado de las vías.
Un poco más tarde la tierra volvió a temblar con una magnitud entre 3.7 y 4.4 que tuvo como epicentro los Apeninos en la provincia de Módena, pero también se sintió en la Toscana, particularmente en la provincia de Lucca, y a los pocos minutos otros dos temblores de baja intensidad se hicieron presentes en la misma zona.
A primera hora de la tarde se había registrado un temblor entre las provincias de Ascoli y Teramo, con una intensidad aproximada a los 4 grados.
Poco después, otro temblor de magnitud 3.6 se produjo en la provincia de Catania a las 4 horas con 21 minutos, la cual se encuentra a cuatro kilómetros de Paternò y a una profundidad de diez kilómetros.
“Las distancias entre los lugares donde ocurrieron los sismos son de cientos de kilómetros", señaló a los medios el sismólogo Carlo Meletti, asegurando que no existe ninguna conexión entre ellos.
KL