El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió al Congreso de ese país que suspenda los impuestos federales sobre la gasolina y el diésel durante tres meses, en un intento de aliviar las presiones financieras sobre un producto cuyo precio tiene gran peso político en un año de elecciones.
En un comunicado, la Casa Blanca informó de la propuesta al Poder Legislativo, controlado por los demócratas, que deje sin efecto de manera temporal el impuesto de 18 céntimos por galón de gasolina (3.78 litros) y el de 24 céntimos por galón de diésel.
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"Podemos bajar el precio de la gasolina y dar a las familias un poco de alivio", dijo Biden en un discurso en la Casa Blanca.
Asimismo, instó a los estados a suspender de forma temporal sus impuestos sobre los carburantes, que suelen ser más elevados que los federales, y retará a las principales petroleras a que aporten ideas sobre cómo recuperar la capacidad de refinado inactiva cuando se reúnan con su secretario de Energía el jueves.
Si se trasladara la reducción a los consumidores, la gente ahorraría un 3.6 por ciento aproximadamente con cada carga de gasolina, cuyo precio promedio en todo el país es de 5 dólares por galón, lo que equivale a 1.31 dólares por litro.
Sin embargo, muchos economistas y legisladores son escépticos en cuanto a las bondades de una reducción impositiva en la gasolina.
El mandatario calificó la situación de "única" y justificó su petición para "dar a los estadunidenses un balón de oxígeno" en estas circunstancias de inflación desbocada.
La suspensión de los impuestos, que deberá ser aprobada por el Congreso para ser efectiva, estaría vigente en los meses de julio, agosto y septiembre, todos ellos de mucho tráfico en las carreteras al coincidir con las vacaciones de verano de niños y la mayoría de adultos.
Pese al apoyo de Biden, no está claro que la medida vaya a obtener los respaldos suficientes en el Congreso, puesto que existen reticencias tanto en el seno del Partido Demócrata como del Republicano.
El mandatario también solicitó que se garantice que la suspensión de las cargas impositivas no tendrá ningún efecto sobre los fondos que se destinan a la construcción, funcionamiento y reparación de autopistas y del transporte público, aunque estos normalmente se financian con el dinero proveniente de esos impuestos.
Durante la campaña de 2008, Barack Obama dijo que era un artilugio para que los políticos pudieran “decir que hicieron algo”. También advirtió que las compañías petroleras podían compensar la suspensión de impuestos con un aumento de sus precios.
El asesor de energía de Biden, Amos Hochstein, dijo el miércoles que los consumidores podrían ahorrar unos 50 centavos de dólar por galón si el Congreso y los estados respondieran favorablemente al pedido del presidente.
“No es un artilugio”, aseguró Hochstein, asesor de seguridad energética global del Departamento de Estado, al canal de cable CNN. “Es un pequeño respiro para el pueblo estadunidense al comenzar la temporada de viajes de verano”.
En principio, no estaba claro si la Casa Blanca contaba con votos suficientes en el Congreso para suspender el impuesto federal.