Un joven de 23 años y su madre han sido arrestados este lunes en Ruán (norte de Francia) sospechosos de estar involucrados en el asesinato de una niña de 11 años, cuyo cuerpo sin vida fue hallado el sábado en la periferia parisina.
La Fiscalía de Evry anunció que el hombre ha sido acusado de "asesinato de menor de 15 años" mientras su progenitora, de 55, responde al cargo de no haber denunciado un crimen a pesar de tener conocimiento de él.
Estos arrestos suceden después de dos realizados el sábado, un día después del hallazgo del cuerpo de la menor. Sin embargo, ambos sospechosos (un hombre de 23 años y su pareja, de 20) fueron interrogados por la policía y puestos en libertad sin cargos.
La niña, de la que solo se divulgó su nombre de pila, Louise, desapareció el viernes a la salida de su escuela en la localidad de Epinay sur Orge, en la periferia sur de París. La familia denunció que la pequeña no había retornado a casa tras el final de las clases.
La operación de búsqueda encontró su cuerpo durante la madrugada del viernes al sábado en un tranquilo bosque de la vecina ciudad de Longmujeau (departamento de Essone), creando inquietud y consternación en Francia.
Según la prensa, la autopsia reveló que Louise falleció tras ser apuñalada en numerosas ocasiones.
Movilización policial:
Presunto terrorista apela a su "amnesia" en Francia
Refugiado en la amnesia que asegura sufrir, Brahim Aouissaoui apenas habló este lunes en el primer día del juicio contra él por el apuñalamiento mortal de tres personas en la basílica de Niza, al sureste de Francia, el 29 de octubre de 2020 en plena oleada de atentados yihadistas en el país.
El único acusado, de 25 años y que necesitó un intérprete en árabe para comunicarse con el tribunal, se limitó a confirmar su identidad y dijo incluso desconocer la de su abogado, un especialista en la defensa de islamistas contratado en diciembre pasado.
"No me acuerdo de los hechos (...) ¿Cómo he podido matar a tres personas?", dijo Aouissaoui, unas palabras que causaron un gran malestar entre los familiares de los asistentes al proceso abierto en un tribunal penal especial en París.
El presidente de la sala, Christophe Petiteau, ordenó entonces desalojar a algunos de ellos para proseguir con el proceso.
La amnesia aparece como la principal línea de defensa de este refugiado tunecino que había entrado en Francia menos de tres días antes, procedente de Italia, y que pasó varios días en coma tras ser reducido por la policía municipal de Niza después del atentado.
Desde que despertó, asegura que no recuerda nada de los hechos, una versión que choca con los exámenes psicológicos a los que ha sido sometido, que niegan toda pérdida de memoria, y a otras pruebas aportadas por la acusación.
La instrucción sacó a la luz que Aouissaoui recordaba elementos de aquella jornada como ponen de manifiesto algunas conversaciones que mantuvo en prisión preventiva, que según la acusación tiran por tierra su coartada.
SNGZ