Lleva 11 años viviendo en el mismo lugar, es ya parte de las imágenes que fotógrafos y camarógrafos de la prensa toman a diario de la famosa y emblemática puerta negra con el número 10 en dorado.
Inamovible, ha visto pasar a tres ministros: David Cameron, Theresa May y ahora Boris Johnson. Todos ellos obligados a dejar el mando del gobierno británico tras las crecientes turbulencias partidistas entre los tories y con bajos niveles de aceptación entre la población británica.
Y él, Larry, ha logrado permanecer como un inquilino muy querido entre los londinenses y un ejemplo de que no todos los habitantes de 10 Downing Street, la residencia y oficina oficial de los primeros ministros británicos, son cuestionados por sus controvertidas decisiones políticas y económicas.
El detalle es que Larry no se dedica a la política, ni siquiera es humano: es un gato.
Un felino y un primer ministro
Larry llegó en 2011 a la sede del gobierno británico con una misión: acabar con los ratones. Por lo mismo, tiene un puesto oficial (no, no es broma), Jefe Ratonero de la Oficina del Gabinete, consignado en la página oficial del premier, que afirma que el famoso gato “pasa sus días saludando a los invitados a la casa, inspeccionando las defensas de seguridad y probando los muebles antiguos para ver si tienen la calidad de la siesta”.
El día que se enfrentó a Trump
Además, tiene su página en Wikipedia, tanto la de su perfil y otra de su importante puesto en el gobierno de Su Majestad, la reina Isabel II.
No hay británico que no sepa quién es él y siempre aligera las tediosas esperas de los periodistas ante la emblemática puerta del primer ministro para captar una actividad del premier y de los miembros del gabinete.
Tiene fotos con Barack Obama y puso en verdaderos aprietos al Servicio Secreto de Estados Unidos y a las autoridades británicas cuando decidió el 4 de junio de 2019 “adueñarse” de “La Bestia”, la limusina del entonces presidente Donald Trump, colocarse debajo momentos antes que arrancara con el entonces mandatario y su esposa Melania.
Amo y señor de Downing Street
Dueño absoluto de 10 Downing Street, o al menos es lo que al parecer él cree, su convivencia con Boris Johnson no era ni la ideal ni la más problemática. Cada uno por su lado, una que otra foto conviviendo juntos para las redes; todo bien hasta que llegó Dilyn, el pequeño Jack Russell terrier adoptado por el primer ministro.
Las redes sociales se hicieron eco entonces del “distanciamiento” entre Larry y Boris por culpa de Dilyn.
Desde entonces, y tras la acumulación de escándalos en el gobierno de Boris, muchos tomaron partido por Larry sobre el primer ministro (Dilyn se mantuvo finalmente ajeno a la disputa) y fue consuelo de los británicos hartos de la política y pivote de los parlamentarios opositores a Johnson.
“Larry, mejor que Johnson”
Un ejemplo fue la contundencia de Rory Stewart, ex diputado del partido conservador, expresada el miércoles, a unas horas de la inminente caída de Johnson.
“En un nivel básico, casi cualquier persona del Parlamento sería mejor primer ministro que Boris Johnson. Larry, el gato de Downing Street, sería un mejor primer ministro en este momento”, declaró a Christiane Amanpour de CNN.
Finalmente, el famoso gato tomó de forma oficial postura en torno a su roomie en 10 Downing Street a través de su cuenta “no oficial” Larry the Cat (@Number10cat) que tiene más de 592 mil seguidores.
En un tuit fijado el martes, y que en la madrugada del viernes ya tenía 255 mil “me gusta”, escribió: “ya no puedo, en buena conciencia, vivir con este primer ministro. O se va él, o me voy yo”.
Hoy, Boris busca mudanza y Larry espera al nuevo primer ministro.
ledz