Pese al estado de excepción decretado por el gobierno de Ecuador, Los Tiguerones y Los Lobos continuaron su desafío a las autoridades e incluso se asumen como parte del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Los grupos criminales subcontratados por la organización criminal que encabeza Nemesio Oseguera El Mencho amenazaron al presidente Guillermo Lasso, con más atentados contra la población civil, en caso de que continúen los traslados de sus integrantes a otros centros de reclusión.
En un comunicado firmado por Los Tiguerones y Los Lobos, en poder de MILENIO y que fue entregado por las autoridades ecuatorianas, afirman que "nuestra organización no es una simple bandita, somos un cártel y ustedes nos tienen que reconocer junto a las siglas CJNG".
Autoridades de seguridad militar ecuatorianas consultadas por MILENIO detallaron que la violenta respuesta de las bandas locales es "extraordinaria" y obedece a su alianza con los cárteles mexicanos.
"La violencia que estamos padeciendo no se había registrado en Ecuador, hace no mucho éramos una zona de paz; sin embargo, ahora lamentablemente en nuestra sociedad está padeciendo está narcoviolencia, porque efectivamente eso es lo que es y está asociada al narcotráfico mexicano", dijo el funcionario.
MILENIO reveló en noviembre del año pasado que la violenta lucha que han mantenido los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación se extiende al ombligo de América Latina. Ahí, en Ecuador, las bandas locales han emulado el estilo sanguinario de los capos mexicanos.
Las mafias mexicanas han subcontratado a bandas locales. El cártel de Sinaloa se hizo de los servicios de Los Choneros, que desde hace dos décadas operan actividades delictivas en el sur de Ecuador. Mientras que Jalisco Nueva Generación tiene como brazos armados a Los Lobos, Los Lagartos y Los Tiguerones.
Integrantes de las fuerzas armadas ecuatorianas cuentan a MILENIO que estas cuatro bandas mantienen una fuerte presencia en las calles de diversos departamentos del país, donde controlan el narcomenudeo, la extorsión, el contrabando y las ejecuciones.
A la par, las autoridades han dado duros golpes a las estructuras criminales, un éxito que derivó en otro problema: ahora los narcotraficantes controlan las principales penitenciarías del país, lo que ha dejado decenas de reclusos muertos.
Una muestra del poder bélico de los cárteles mexicanos se asoma detrás de las rejas: de los 40 mil presos que habitan en las cárceles de Ecuador, 25 mil forman parte de las bandas que trabajan para Sinaloa y Jalisco Nueva Generación, revela un informe de la Coordinación de Seguridad Penitenciaría de la Policía.
El periodista Arturo Torres ha investigado los vínculos entre los cárteles mexicanos y las mafias de la región. En entrevista con MILENIO comentó que las huestes locales de Joaquín El Chapo Guzmán y Nemesio El Mencho Oseguera superan por mucho a los 30 mil efectivos que forman parte del Ejército ecuatoriano.
A pesar del toque de queda este miércoles los presos chocaron de nuevo este miércoles en una cárcel de Guayaquil, el principal puerto de Ecuador, azotado por una violenta arremetida del narco que deja ocho muertos, calles desoladas y militares en guardia bajo el estado de emergencia.
Dos reclusos murieron el miércoles y se sumaron a otros seis fallecidos en la ola de ataques iniciada el martes contra estaciones de policía, gasolineras y centros de salud. En medio de los choques, un grupo de soldados apuntaba sus fusiles hacia el interior de la prisión, constató la agencia AFP.
"Registramos dos personas privadas de libertad fallecidas y seis heridos" en la cárcel Guayas 1, en la que la víspera otro choque dejó dos heridos leves, señaló el organismo encargado de administrar las prisiones (SNAI).
El traslado de mil presos de esa cárcel, controlada por bandas del narco, desató la crisis en Guayaquil y la vecina localidad de Durán, además de la provincia de Esmeraldas, en la frontera con Colombia (norte). El martes, dos coches bomba estallaron cerca de una gasolinera y una estación policial en el puerto de 2.8 millones de habitantes, paralizado por el miedo.
El gobierno de Ecuador decretó 45 días de toque de queda en las provincias de Guayaquil y Esmeraldas por la violencia generada por las bandas Los Lobos, Los Lagartos y Los Tiguerones, que son subcontratadas por el Cártel Jalisco Nueva Generación para el trasiego de cocaína.
Los criminales, que se oponen al traslado de presos del penal del Litoral, en Guayaquil, protagonizaron ataques sincronizados con explosivos y 13 coches bomba en los alrededores de gasolineras, terminales de autobuses y comisarías, dejando como saldo 5 policías muertos.
El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, calificó los actos como “una declaración de guerra” y afirmó que “no le temblará la mano para actuar en defensa de los ecuatorianos”.
"He dispuesto actuar con dureza dentro del marco de la ley. Estamos tomando acciones para precautelar la seguridad ciudadana. Se declara Estado de Excepción en Guayas y Esmeraldas y toque de queda desde hoy, 1 de noviembre a las 21:00 horas”, dijo.
La medida tendrá una duración de 45 días, es decir, concluirá el próximo 16 de diciembre. En ella se contempla “no circular ni salir a las calles desde las 21:00 hasta las 5:00 horas”, además de que se reforzarán los operativos conjuntos entre la Policía Nacional de Ecuador y las Fuerzas Armadas en estas zonas.
También se decretó la instalación del Puesto de Mando Unificado en la Ciudad de Guayaquil encabezado por el presidente Lasso, en el que se desempeña desde la madrugada del 2 de noviembre, por lo que tuvo que cancelar sus vacaciones previstas en Orlando, Estados Unidos.
A las pocas horas del decreto, publicó en su cuenta de twitter: “Hace pocas horas visité a miembros de la Policía de Ecuador y Las Fuerzas Armadas de Ecuador gracias por su valentía y su vocación de servicio. Seguimos implementando acciones para defender a nuestro país y luchando firmes contra el narcotráfico”.
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