Todos debemos comprar un fusil "para no ser esclavizados", afirma Bolsonaro a seguidores

El mandatario brasileño aseguró ante sus seguidores evangélicos que tiene tres destinos: "Estar preso, muerto o la victoria"; defendió la compra de armas, mismas que han crecido en los últimos años durante su gestión.

Jair Bolsonaro, presidente de Brasil. (AP)
AFP
Brasilia /

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo que tiene tres alternativas para su futuro próximo: "Estar preso, muerto o la victoria", en un encuentro con evangélicos durante una visita a Goiania, en el centro-oeste del país, y acentuó su ya conocido discurso armamentista, afirmando para un grupo de simpatizantes en la capital brasileña que todo el mundo debería comprar un fusil para que "no sean esclavizados".

"Tengo tres alternativas para mi futuro: estar preso, estar muerto o la victoria. Pueden estar seguros de que la primera alternativa no existe; estoy haciendo lo correcto y no le debo nada a nadie", señaló el mandatario, que aspira a la reelección en 2022, según declaraciones reproducidas por la prensa local.

El viernes, antes de viajar a Goiania, Bolsonaro incentivó a la población a armarse: "Todo el mundo tiene que comprar un rifle" ya que "un pueblo armado jamás será esclavizado", dijo.

"Todo el mundo tiene que comprar un fusil ¡caramba! El pueblo armado jamás será esclavizado. Yo sé que cuesta caro. Un idiota dice: 'Ah, lo que hay que comprar es fríjol', si no quiere no compre el fusil, pero no venga a molestar a quien quiere comprarlo", declaró Bolsonaro a su salida del residencial del Palacio de Alvorada, en Brasilia.

El ex capitán de la reserva del Ejército y nostálgico de la dictadura militar que gobernó al país entre 1964 y 1985 recordó que los cazadores, tiradores y coleccionistas con registro "pueden comprar un fusil", pero los hacendados no pueden hacerlo si no forman parte de ese grupo.

Bolsonaro ha defendido el acceso a las armas de fuego para la población argumentando los altos índices de criminalidad urbana y rural, con constantes casos de robos seguidos de homicidio. En julio, eliminó el impuesto de 150 por ciento que tenían que pagar los exportadores brasileños que venden armas de fuego a países de Centro y Suramérica.

Otra medida que buscaba eliminar los tributos para la importación de revólveres y pistolas fue suspendido por la Corte Suprema a mediados de abril de este año, junto con otros decretos dictados por Bolsonaro que facilitaban la compra y uso de armas en Brasil.

La flexibilización del porte y la posesión de armas es una de las promesas de campaña del mandatario, quien tiene como modelo armamentístico el de Estados Unidos.

El número de armas de fuego nuevas registradas en Brasil prácticamente se duplicó en 2020, al pasar de 94 mil 416 en 2019 a 186 mil 71 el año pasado, según datos del Fórum Brasileño de Seguridad Pública, para un aumento del 97.1 por ciento.

En total, el año pasado había más de 2 millones de armas de fuego particulares activas en Brasil, incluyendo las categorías de cazadores, coleccionistas, tiradores deportivos, y las particulares de policías y demás profesionales de seguridad pública y militares del Ejército.

En la mañana del sábado, en la capital del estado de Goiás, el presidente se paseó sin cubrebocas entre una aglomeración de seguidores afuera del templo, según imágenes en sus redes sociales.

Luego llamó desde el escenario a los evangélicos, un grupo clave en su base electoral, a participar de los actos en su apoyo previstos para el 7 de septiembre, cuando se conmemora el Día de la Independencia.

En medio de tensiones con el poder judicial, el presidente volvió a cargar contra el Supremo Tribunal Federal (STF) y el Tribunal Superior Electoral (TSE), y advirtió: "Ningún hombre aquí en la Tierra me va a amedrentar". También denunció las "medidas arbitrarias" de la justicia.

Bolsonaro sufrió un revés el miércoles, cuando el presidente del Senado brasileño, Rodrigo Pacheco, rechazó su pedido de iniciar un proceso de destitución contra Alexandre de Moraes, uno de los once jueces del STF, y miembro del TSE.

La disputa comenzó hace meses, entre otras causas, por los cuestionamientos sin pruebas de Bolsonaro a la legitimidad del sistema de votación electrónica en Brasil, vigente desde 1996. 

La Corte Suprema abrió distintas investigaciones contra el mandatario. Y a inicios de este mes, De Moraes ordenó investigar al presidente por crímenes de "calumnia" e "incitación al crimen"Por otra parte, el TSE incluyó al mandatario en una pesquisa iniciada en 2019 por el STF para investigar noticias falsas, ofensas y amenazas a varios de sus jueces.

Los cruces y declaraciones por parte del presidente que algunos califican de golpistas agudizaron la crisis institucional en la que el país está inmerso.

dmr

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