La deforestación en la Amazonas, que comprende a Brasil, se duplicó en enero en comparación con el mismo mes de 2019, un aumento del 108 por ciento, superando un récord de más de 280 kilómetros cuadrados deforestados, según datos oficiales preliminares divulgados por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (Inpe).
Es el área más grande deforestada para un mes de enero desde que entró en funcionamiento en 2015 el sistema DETER, basado en alertas de identificadas por satélite, cuando la Amazonas perdió 229 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal.
El instituto ya había advertido que la deforestación del Amazonas brasileña había saltado un 85 por ciento el año pasado, desde 4 mil 219.3 kilómetros cuadrados en 2018 hasta 9 mil 165.6 en 2019, su mayor nivel igualmente desde 2016.
El presidente Jair Bolsonaro desató una gran polémica en agosto al tratar de minimizar el alarmante aumento de los incendios forestales en el Amazonas, que conmocionaron al mundo.
El 2 de agosto, el entonces presidente del Instituto, Ricardo Galvão, fue despedido por el gobierno de Bolsonaro después de ser acusado de exagerar la magnitud de la deforestación. En diciembre, Galvão fue considerado entre los diez científicos más importantes del año por la revista británica Nature.
Ese crecimiento fue atribuido por los ecologistas a las medidas de flexibilización de la fiscalización y a la retórica antiambientalista de Bolsonaro, que defiende la explotación económica del Amazonas y el fin de la demarcación de nuevas reservas indígenas.
El proyecto de ley, que aún no ha sido aprobado por el parlamento, fue calificado de "sueño" por el mandatario, pero rechazado como "pesadilla" por parte de líderes indígenas y activistas ambientales. Pese a las críticas, espera que sea aprobado por el Congreso de Brasil. Ya había sido aprobado una ley que permitía el cultivo de caña de azúcar en la zona.
Según las organizaciones no gubernamentales, la retórica del mandatario contra el Amazonas incentiva la ocupación ilegal de los bosques por parte de invasores y madereros clandestinos.
También, diferentes analistas aseguran que los altos datos de deforestación en enero indican que los ataques de madereros y agricultores al Amazonas comenzaron más temprano este año.
El Inpe afirmó meses atrás que los incendios en la región aumentaron un 30 por ciento el año pasado, al pasar de 68 mil 345 en 2018 a 89 mil 178 en 2019.
dmr