Expertos en Brasil mostraron su preocupación debido a la expansión de la pandemia del coronavirus en una vasta y remota región del Amazonas, donde habita la mayor concentración de grupos indígenas aislados a nivel global, y que ha empezado a cobrar víctimas.
Los expertos temen que el coronavirus pueda propagarse rápidamente entre personas con menos resistencia incluso a enfermedades más comunes y con acceso limitado a atención médica, un escenario que tiene el potencial de exterminar a algunos de los grupos más pequeños.
Un hombre de la tribu marubo de 83 años conocido como Yovêmpa murió de coronavirus el 5 de julio, informó cinco días después la Secretaría Especial de Salud Indígena (SESAI). Otras dos muertes fueron reportadas después por la organización independiente Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil.
Yovêmpa no estaba en un grupo aislado, pero vivía en una aldea cercana a algunos de esos grupos. Una organización que representa al pueblo marubo en el río Ituí dijo en un comunicado que el anciano líder indígena no había salido de casa en meses.
“Si el virus no es detenido inmediatamente, podría llegar y rápidamente devastar a otras comunidades marubo a lo largo del río Ituí y exterminar tanto a los grupos korubo recientemente contactados como a los grupos aislados”, dijo la organización de los marubo en un comunicado.
La SESAI indicó que registró 220 infecciones de coronavirus en el Valle del Javari, una región de 85 mil 445 kilómetros cuadrados, un poco más grande que la extensión de Jalisco y Colima juntos (84 mil 216 kilómetros cuadrados).
El gobierno de Brasil señaló que el valle es hogar de muchos grupos indígenas, 10 de los cuales son pueblos aislados que con frecuencia rechazan el contacto con otras personas no indígenas por antecedentes de enfermedades y violencia en su contra. La SESAI dijo que, en el último censo, en 2014, el total de la población, sin incluir a los aislados, era de 6 mil 200, de los cuales aproximadamente una tercera parte eran marubo.
Líderes indígenas han comenzado a reunir sus propios recursos para ofrecer tratamiento dada la escasez local de infraestructura hospitalaria. Han contactado a un organismo, Expedicionarios de la Salud, para construir pequeñas enfermerías de campaña para atender casos sencillos y que las personas no tengan que viajar a pueblos más grandes como Atalaia do Norte, en donde el sistema de atención médica colapsó en junio con aproximadamente 400 casos sospechosos de coronavirus en una población de 13 mil habitantes.
El estado de Amazonas, en donde se ubica el Valle del Javari, fue muy golpeado por el coronavirus en abril, lo que llevó a entierros masivos y caos en hospitales de la capital Manaos. Desde junio la situación ha mejorado, pero en el Valle del Javari, a unos mil 200 kilómetros de la capital estatal, la pandemia sigue en sus primeras fases.
El primer caso de coronavirus en la región Javari se presentó hace cinco semanas. Líderes indígenas de varias etnias cerca del río Ituí pidieron al gobierno federal adoptar medidas urgentes para detener la propagación. Pero el Sindicato de Pueblos Indígenas en el Valle del Javari se quejó de que el gobierno no lograra montar puntos de revisión como prometió para limitar el acceso a sus tierras.
Los líderes del pueblo matsés, que habita en la frontera de Brasil con Perú, hicieron una petición similar en una carta del 29 de junio dirigida a las autoridades y decían que no se había cumplido con su necesidad de protección.
El martes, la Fundación Nacional del Indígena, perteneciente al gobierno, emitió un comunicado negando las acusaciones de no haber cumplido con su respuesta durante la pandemia. Dijo que sus críticos han apoyado las “viejas políticas indígenas socialistas de bienestar y clientelismo, que causaron tanta desgracia para los grupos indígenas brasileños”.
El grupo Expedicionarios de la Salud, apoyado por médicos y enfermeros de la SESAI, planea montar 50 pequeñas enfermerías de campaña con equipo para administración de oxígeno, comunicación por radio y generadores de electricidad a lo largo de la Amazonía en el transcurso del próximo mes. El Ministerio de Defensa de Brasil dijo el viernes que uno de sus helicópteros estará en una misión con personal de la SESAI para entregar equipo a las otras siete enfermerías en el Valle del Javari.
Ricardo Affonso Ferreira, presidente del organismo, dijo que las enfermerías pueden ayudar hasta a 10 personas con dificultades para respirar. Los indígenas atendidos hasta ahora se quedan entre dos y cuatro días en las instalaciones.
“Con este virus, cada minuto cuenta, así que viajaremos en cualquier dirección que podamos para entregar las unidades de atención que faltan”, dijo Ferreira, y agregó que prevé que toda la operación con el helicóptero tarde por lo menos 20 horas.
El líder local Beto Marubo dijo que hasta 900 indígenas de varios grupos están cada vez bajo mayor riesgo de contagiarse en las orillas del río Itaguaí, que se extiende hasta la ciudad de Atalaia do Norte.
“El covid-19 pudo ya haber llegado al río Itaguaí, en donde viven los grupos kanamari”, dijo. “Está cerca de donde viven la mayoría de los grupos aislados en el Valle del Javari”.
dmr