El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, pidió que el país deje atrás el "concepto de tierra arrasada" ante el coronavirus y dijo que no hay razón para confinar a la población por lo que volvió a calificar de "gripecita" y que una cuarentena podría ser un desastre para el país.
"Algunas autoridades de estados y municipios deben abandonar el concepto de tierra arrasada: la prohibición de transporte, el cierre del comercio y el confinamiento masivo", porque "debemos mantener los empleos y preservar el sustento de las familias", dijo Bolsonaro en un discurso transmitido en cadena nacional. El virus llegó" y "en breve pasará", la "vida debe seguir", los "empleos tienen que ser mantenidos" y el "ingreso de las familias tiene que ser preservado".
Bolsonaro volvió a criticar las medidas adoptadas por algunos gobernadores del país, y se plantó contra "la prohibición del transporte" y el "confinamiento en masa" para contener a la Covid-19.
"No hay por qué cerrar escuelas", cuando "en el mundo" los más afectados por la pandemia son las personas mayores de 60 años, dijo el mandatario el día que el número de muertes en el país a causa del coronavirus llegó a 46, con 2 mil 201 casos.
"En mi caso particular, en el caso de que fuera contagiado, no precisaría preocuparme, porque sería una gripita, un resfriadito", apuntó Bolsonaro, quien tiene 65 años y está en los considerados grupos de riesgo. El 90 por ciento de nosotros no tendremos ninguna manifestación si nos contagiamos", apuntó el gobernante, quien pidió a los brasileños que sientan algún síntoma que tengan una "especial preocupación para no transmitir el virus".
Según el presidente, su gobierno está adoptando todas las medidas necesarias para proteger a la población, pero sin la "histeria" y el "pánico" que, a su juicio, esparcen en el mundo "algunos medios de comunicación".
También subrayó que "el mundo busca un tratamiento para la enfermedad" y que en Brasil y en otros países "se busca comprobar eficacia de la cloroquina", usada para tratar la malaria y otros males y sobre la cual aseguró que existen "noticias positivas".
Como ocurrió durante los últimos días por la noche, en muchas ciudades del país el pronunciamiento de Bolsonaro fue acompañado por sonoros cacerolazos, organizados en las redes sociales por personas que protestan casi a diario por el menosprecio del gobernante frente a la pandemia.
dmr