América Latina y el Caribe es la región más violenta del planeta, con cuatro de diez homicidios que ocurren en el orbe, mientras que los robos triplican la media y concentra 41 de las 50 metrópolis más peligrosas, según un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), presentado ayer en Santiago de Chile.
Con el nueve por ciento de la población mundial, la región es la única del mundo donde la principal causa externa de muerte es el homicidio (52 por ciento de los fallecimientos).
Los índices de violencia no ceden pese a los altos niveles de desarrollo alcanzados en los últimos años. “En este sentido, la región es una anomalía”, afirma el estudio “Crimen y violencia, obstáculos para el desarrollo de las ciudades de América Latina y el Caribe”.
Entre 2004 y 2014, la mayoría de los países experimentó tasas de crecimiento económico anual cercanas al 4 por ciento, en tanto bajaron sus índices de pobreza.
Los ciudadanos, además, “se volvieron más saludables y alcanzaron un mayor nivel de estudios", pero “los indicadores más relevantes de incidencia delictiva, de victimización, y de percepción de inseguridad se mantuvieron elevados”.
La nula confianza de la ciudadanía por las instituciones es un factor importante, por eso “es necesario crear instituciones eficientes, policías profesionales y más cercanas”, señaló Nathalie Alvarado, directora de Seguridad Ciudadana del BID.
El futuro no es alentador. Si la situación y las tendencias se mantienen, se espera que la tasa de homicidios crezca de 22 asesinatos por cada 100 mil personas en 2017 a alrededor de 35 para 2030.
La tasa de robos es muy elevada ya que por cada 100 mil habitantes, la región registra 321.7 robos, mientras que la media es de 108.
La rápida y desordenada urbanización, el estancamiento de la productividad en las ciudades y el desempleo juvenil son los factores que estarían detrás de este triste récord, según el BID.
En la región, hay 7.1 millones de jóvenes sin empleo y 15.1 millones que ni estudian ni trabajan. “La evidencia demuestra que el aumento del uno por ciento en el desempleo juvenil conduce a 0.34 por ciento de homicidios extra por cada 100 mil personas”, según el BID.
Hay también “una banalización y normalización” de la violencia, advierte Lucía Dammert, experta en temas de seguridad de la Universidad de Santiago.
A lo anterior se suma la presencia del crimen organizado –expresado en bandas del narcotráfico, trata de personas y minería ilegal— junto con un alto uso de armas de fuego, sobre todo en Centroamérica.
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EU: MUEREN MÁS POR SOBREDOSIS
La esperanza de vida disminuyó en EU en 2017 en comparación con 2014, un deterioro histórico debido principalmente a la crisis de sobredosis de drogas y al aumento de suicidios.
“Esta es la primera vez que vemos una tendencia a la baja desde la gran epidemia de gripe de 1918”, informó el Centro Nacional de Estadísticas de Salud de EU. El promedio para la población fue de 78.6 años en 2017, comparado con 78,9 en 2014.
El flagelo de la sobredosis de drogas comenzó a principios de la década del 2000 y su intensidad se incrementó desde hace cuatro años. En 2017, al menos 70 mil estadunidenses murieron por sobredosis.
Los suicidios también aumentaron en 2017, alcanzando los 47 mil decesos por esa causa.
Cuatro de cada diez homicidios ocurren en América Latina, revela el BID
Informe. Es la única región del planeta donde la principal causa de muerte violenta es el asesinato, en tanto, los robos triplican a la media mundial.
Santiago /
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