La escalada de la violencia en Nicaragua, donde la grave crisis política que comenzó con protestas sociales hace casi tres meses ya ha dejado al menos 350 muertos y más de 2 mil heridos, generó una nueva ola de rechazo por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas.
El nuevo ataque ayer a la ciudad de Masaya, erigida en símbolo de la resistencia al presidente Daniel Ortega, desencadenó una condena inmediata en Estados Unidos, cuyas autoridades acusaron directamente al gobierno del ex guerrillero sandinista de perpetrar la violencia.
El embajador estadunidense ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Carlos Trujillo, calificó de “genodicio” lo que está ocurriendo en el país centroamericano.
“Los repetidos actos de violencia y represión solo conducirán a un mayor aislamiento y sanciones. ¡Tienen que parar inmediatamente este genocido!”, escribió Trujillo sobre un tuit en el que el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, dio cuenta del ataque de fuerzas paramilitares y de policía contra Moninbó, el combativo barrio indígena de Masaya.
También en Twitter se pronunció el subsecretario de Estado de EU para el Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri. “Instamos enérgicamente al presidente Ortega a que no ataque a Masaya. La continua violencia y derramamiento de sangre promovidos por el gobierno en #Nicaragua deben cesar inmediatamente. El mundo está observando”, escribió.
El Departamento de Estado ya había emitido el lunes un comunicado advirtiendo a Ortega que la violencia está “minando” cada vez más su legitimidad y volvió a pedir elecciones anticipadas, libres, justas y transparentes.
El lunes, trece países de América Latina, entre ellos México, exigieron desde Bruselas el “cese inmediato de los actos de violencia, intimidación y amenazas” de parte del régimen orteguista, así como el desmantelamiento de sus grupos paramilitares. La Cancillería de México, en una declaración especial, reforzó la noche del lunes en un comunicado su posición contra la violación de los derechos humanos en Nicaragua.
También ayer, la alta representante de política exterior de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, condenó la violencia y ofreció los oficios del bloque europeo para “acompañar y apoyar” el dialogo nacional, suspendido por el gobierno.
La denuncia se hizo extensiva en a la oficina de derechos humanos de la ONU, cuyo vocero Rupert Colvill acusó em Ginebra a Ortega de “matar y encarcelar” a personas sin someterlas a juicio, y cometer “actos de tortura” y “un amplio rango de violaciones a los derechos humanos”.
Según organismos humanitarios independientes, el conflicto que inició el 18-19 de abril se cobró ya la vida de 351 personas, la mayoría jóvenes. El proceso de diálogo, mediado por la Iglesia católica, está suspendido.
EU, Europa y Naciones Unidas condenan nueva matanza en Nicaragua
A casi tres meses de iniciadas las manifestantes por democracia, la escalada de violencia no cesa pese a reclamos.
Washington, Bruselas, Ginebra /
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