Los dos antagonistas de la política colombiana en este siglo, el ex presidente Álvaro Uribe y el mandatario electo de izquierda, Gustavo Petro, tendieron puentes de diálogo en su primera reunión cara a cara este miércoles en Bogotá.
"Reafirmo lo que dije en campaña, en mi gobierno no se usará el Estado para perseguir al opositor", escribió Petro en Instagram al cabo de un encuentro a solas de media hora con el jefe de la derecha en el poder.
Ambos líderes, que en el pasado sostuvieron fuertes altercados en el Congreso, dejaron constancia de su intención de entablar un diálogo "gobierno-oposición" a partir del 7 de agosto, cuando Petro asumirá el poder por cuatro años como el primer presidente de izquierda de Colombia.
"Yo le dije humildemente: presidente, permítame un canal de diálogo con usted, yo no lo molestaré mucho, será para hablar sobre temas de país. Lo que podamos aprobar lo haremos sin cálculos", dijo Uribe en una posterior rueda de prensa.
Sorpresivamente, Petro invitó a conversar a Uribe después de su histórica elección el 19 de junio. El futuro mandatario planteó ese día un "acuerdo nacional" con todas las fuerzas políticas para sacar adelante sus ambiciosas reformas que apuntan, según su programa, a superar la pobreza y la desigualdad y consolidar la paz después de seis décadas de conflicto.
"Nosotros expresamos que compartimos todo el esfuerzo que se haga para que este país acelere la superación de pobreza, pero eso no puede ser a costo de marchitar al sector privado", dijo el ex mandatario.
Petro, que también está en negociaciones para contar con mayorías en el Congreso, enfrenta la oposición de poderosos sectores conservadores que rechazan su pasado como guerrillero y temen que su gobierno castigue con más impuestos a los ricos y afecte la propiedad privada.
"La conversación con el ex presidente Uribe fue provechosa y respetuosa. Encontramos las diferencias y los puntos comunes", indicó Petro en Twitter.
Durante la campaña presidencial para reemplazar al impopular Iván Duque, el gobernante Centro Democrático no compitió con un candidato propio y apoyó discretamente al derechista Federico Gutiérrez, quien quedó fuera de la carrera en la primera vuelta.
En el Congreso, Petro denunció los supuestos lazos de Uribe con los sanguinarios paramilitares y del padre del exmandatario con el narcotráfico. El ex mandatario, que también ocupó un escaño en el Senado, llegó a llamarlo "sicario" y difamador. Sus diferencias tocaron fondo con el pacto de paz de 2016 que desarmó a la guerrilla de las FARC.
Álvaro Uribe fue muy popular por su política de mano dura con los antiguos rebeldes, mientras Petro ha defendido a capa y espada los acuerdos negociados en La Habana. El ex mandatario insistió en su idea de "reformar" el tribunal de paz que juzga los delitos más atroces cometidos durante el conflicto, por considerar que sus jueces son sesgados con los militares, una propuesta a la que siempre se ha opuesto Petro.
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