Cuatro décadas de un conflicto que aún no tiene resolución, un litigio que ha permanecido de un bando bajo referendos y acuerdos de paz, y un reclamo histórico heredado de los tiempos coloniales. La Guerra de las Malvinas cumple su 40 aniversario con una incesante reclamación por parte de Argentina, pero que sus habitantes se siguen reconociendo como británicos, con el pleno respaldo de Londres.
El aniversario coincide en un reciente reafirmación por parte del Reino Unido sobre la soberanía de las islas en febrero pasado, donde la ministra de Asuntos Exteriores de Reino Unido, Liz Truss, defendió la pertenencia de Malvinas a "la familia británica".
¿Quién descubrió y dio nombre al archipiélago? ¿Cómo empezó la disputa de Argentina y Reino Unido por las Malvinas? ¿Porqué se inició la guerra hace 40 años? ¿Qué conllevó para ambos países este conflicto? ¿Qué ha sucedido en la actualidad?
Una disputa entre España, Reino Unido y Francia por las islas del "fin del mundo"
Hasta antes de la colonización europea, los fueguinos yaganes —una tribu indígena originaria de la actual región la Tierra del Fuego en Argentina—, habrían llegado primero a las islas Malvinas, esto con un estudio publicado por la revista Science en octubre de 2021, en el que realizaron pruebas de carbono en restos de fogatas, y varios animales, principalmente un zorro, el lobo malvinense (Dusicyon australis), extinto desde 1876.
Los yaganes habrían llegado en canoas hasta las Malvinas, pero no habrían tenido una presencia fija, sino temporales o accidentales, por ello no existen restos arqueológicos y estaba deshabitada hasta la llegada de los europeos.
Se cree que tanto Américo Vespucio —que servía para el Reino de Portugal— y Fernando de Magallanes —en trabajo para la corona española— habrían presuntamente llegado al archipiélago de las Malvinas en 1504 y 1520 respectivamente, de acuerdo con sus respectivas crónicas y en los mapas cartográficos españoles.
Una de las versiones más aceptadas es que el archipiélago fue descubierto por el cartógrafo y explorador portugués Esteban Gómez (Estêvão Gomes) —que trabajaba para el propio Magallanes y era piloto del barco San Antón— en 1520, mismo que daría el primer nombre de las Malvinas: las islas San Antonio.
En sus crónicas —que habrían sido recabadas años después por otro cartógrafo de Magallanes, Diego Ribero en 1529—encajan en la primera descripción de las Malvinas, que fueron visitadas para abastecerse en su regreso tras rebelarse con el propio Magallanes.
Sin embargo, el Reino Unido reconoce al explorador John Davis —comandante del Desire, uno de los barcos pertenecientes a la segunda expedición de Thomas Cavendish al "Nuevo Mundo"— como el descubridor de las Islas Malvinas en 1592.
Aunque hay historiadores que dan ese título a navegante Richard Hawking, que con su barco Dainty nombró el archipiélago como las Hawkins' Maiden Land" (Tierra virgen de Hawkins), combinando su propio nombre con el de la reina Isabel I, conocida como la "Reina Virgen", se dice que sólo habría llegado a la Isla Salvaje del Oeste (Steeple Jason Island), al extremo norte del archipiélago.
La primera visita, plenamente indiscutida por los historiadores, fue del comandante holandés Sebald de Weert el 16 de enero de 1600, quien avistara las islas Sebaldes —igualmente en la zona que habría navegado Richard Hawking— a bordo de su buque Gelof, que formaba parte de una expedición de cinco barcos que había partido de Holanda en 1598 al mando de Jakob Mahu —que buscaba llegar a las Islas Molucas, hoy parte de Indonesia, y que murió en pleno viaje— y por muchos años, el archipiélago de las Malvinas tenían ese nombre, que había sido confirmada por otra expedición holandesa, la de Jakob LeMaire, en 1616.
Pero fue hasta 1690 cuando el capitán John Strong navegó entre las dos islas principales, apodando el pasaje como "Canal de Falkand" (Estrecho de San Carlos), en honor al quinto vizconde de Falkland, Anthony Cary, quien como comisionado del Almirantazgo británico había financiado la expedición y más tarde se convirtió en su Primer Lord. Con los años, el pasaje terminó dando su nombre oficial en inglés.
Pero su nombre en español no habría sido por parte de España, sino de Francia. Tras la Guerra de los Siete Años (1756-1763), donde los franceses perdieron gran parte de su extensión colonial de esa época, el entonces encargado de la política exterior de Francia, Étienne François de Choiseul —hombre de confianza del rey Luis XV, buscó la recuperación de territorio en lugares que no estaba ocupados por ningún reino, pero no se despertaba intención de tener territorios en ultramar.
Con la amplia extensión que tenían los ingleses con Australia y de España con otros puntos para el Virreinato del Río de la Plata, Francia aceptó casi, de forma desesperada, el proyecto de querer colonizar las Islas Malvinas. Con ello se fundó una compañía en el puerto de Saint-Malo —en el noroeste de Francia— donde la corona asumió el suministro de víveres, armamentos y el pago de los soldados y funcionarios para llevar a los primeros colonos.
Fue con el navegante francés Louis Antoine de Bougainville que despertó el interés de querer colonizar las ahora llamadas Islas Malvinas —que adoptaron ese nombre de Îles Malouines por la salida del navegantes desde el puerto de Saint-Malo y como homenaje a esa ciudad— quien partió en 1763, en una primera escala a Montevideo (hoy, la capital de Uruguay) bajo sospechas españolas de querer emprender colonias —ya que existían acuerdos donde se prohibía a los franceses establecerse en la América Continental—, y de ahí trasladarse al archipiélago, un año después.
Con ello se fundaría el primer asentamiento en las islas, Port Saint Louis (Puerto Soledad) el 17 de marzo de 1764, ratificado después por el propio Luis XI y argumentando que las Malvinas fueron descubiertas por los franceses. Bougainville estuvo algunos meses y partió rumbo a Francia para buscar más provisiones y colonos. Para 1765, realizó un segundo viaje con 130 colonos.
España se daría cuenta de ello meses después, por los los informes que le envió José Joaquín de Viana, el gobernador de Montevideo, al Ministro de Estado, Jerónimo Grimaldi, que exigió a Étienne François de Choiseul que abandonaran ese territorio, ya que lo consideraban tierras adyacentes de sus costas.
Las islas Georgia y Sandwich del Sur ya estaban
Estas islas que están más cercanas al Polo Sur ya estaban en los mapas de los ingleses, que la habrían descubierto en 1675 por el comerciante británico Anthony de la Roché, pero sería con el explorador James Cook quien adjudicaría estas islas al Reino Unido en 1775.
En ese año, el capitán británico John Byron, exploró la isla Saunders —ubicada administrativamente en el archipiélago de Georgia y Sandwich del Sur—, donde hallaría un puerto natural, nombrando el área como Port Egmont, pero desconocía que los franceses empezaron a colonizar la zona, y reclamó la zona para el Reino Unido, y en 1766, el capitán John MacBride estableció un asentamiento británico permanente con ese nombre, al otro lado de las Malvinas.
Pero mientras los británicos se establecían, los españoles le quitaron los derechos de las Islas Malvinas a los franceses ese año —bajo los Pactos de Familia, ya que la Casa de Borbón era de origen galo— tras los reclamos contra Luis XV por la ocupación del archipiélago, con ello, muchas partes del territorio empezaron a adoptarse con nombres hispanos... esto bajo la condición de evitar una mayor expansión territorial del Reino Unido, que era el enemigo en común.
España (y Argentina) heredan el problema con Reino Unido (y Estados Unidos)
Las islas Malvinas, desde entonces, quedaron a cargo de la Capitanía de Buenos Aires —que años más tarde se convertiría en el Virreinato del Río de la Plata— y se nombra al primer gobernador hispano, Felipe Ruiz Puente. Esto daría una mayor vigilancia de España a la zona, ya que los intereses en Reino Unido avocaban a la necesidad de contar con una base de operaciones para interrumpir el comercio español en Sudamérica.
Desde 1768 y durante un par de años, los españoles bajo el comando del gobernador de Buenos Aires, Francisco de Paula Bucarelli, estuvieron buscando por toda la zona si había alguna colonización en las Malvinas, fue hasta 1770 que el comandante español, Juan Ignacio de Madariaga, visitó brevemente Port Egmont, que ya era el asentamiento británico en la zona.
Esto generó que España reaccionara poco después con una flotilla liderada por Madariaga para el desalojo del Port Egmont, que fue efectiva el 4 de junio de 1770. La expulsión de los colonos y la destrucción de Port Egmont generó la "Crisis de las Malvinas", que daba puerta hacia una guerra de gran escala.
España y Francia —que iban en alianza por los Pactos de Familia—consideraban que sus ejércitos no estaban preparados para embarcarse en una guerra con Londres. El entonces primer ministro británico, Frederick North, también quería evitar el combate, ya que se jugaba su puesto político, con ello decidieron entablar negociaciones.
Esto daría rumores a un presunto acuerdo secreto, que España reconocería la colonización británica en Port Egmont para salvaguardar la reputación del rey Jorge III, pero que los ingleses abandonarían las Malvinas en un par de meses. La falta de apoyo francés a España disipó la tensión, obligando aún más a un acuerdo.
En 1771 quedaría resuelto el conflicto con las Declaraciones de Masserano-Rochford —entre el embajador de España en Reino Unido y príncipe, Carlos Sebastián Ferrero Fieschi y de Rohan, y William Nassau de Zuylestein, conde de Rochford— donde los ingleses reconocerían las Malvinas españolas, pero que España se comprometía a restaurar Port Egmont.
Ambos reinos llegaron a un compromiso no concluyente, donde España y Gran Bretaña mantuvieron sus asentamientos pero ninguna renunció a su reclamo de soberanía sobre las islas. Los británicos reestablecieron la base de Port Egmont de la mano del capital John Stott, siendo una parada importante para los barcos que rodeaban el Cabo de Hornos, el punto más austral de la tierra asociada tradicionalmente al continente (hoy perteneciente a Chile).
Pero los ingleses abandonarían las Malvinas en 1774, esto por motivos económicos, vinculados principalmente a la rebelión que daría para un par de años más tarde al movimiento de Independencia de Estados Unidos. España, ahora bajo el Virreinato del Río de la Plata, tomaría el control total del archipiélago.
Acuerdos de secesión entre Inglaterra y España
Las Convenciones de Nutca en la década de 1790 evitaron nuevamente una guerra entre los dos países por reclamos superpuestos sobre partes de la costa noroeste del Pacífico de América del Norte, que años más tarde pasarían a ser de México en un inicio tras la independencia de la Nueva España y décadas después estarían en manos de Estados Unidos tras las guerras y acuerdos durante el siglo XIX.
España pasaría por lo mismo, pero años después. La invasión napoleónica y las guerras de independencia en las colonias virreinales dieron fin al control inmediato de las Malvinas por parte de la corona, que provocó el abandono de Puerto Soledad y mandando a todos sus habitantes a Montevideo. Ambas naciones habían dejado una placa reclamando la soberanía de ellas.
En los años siguientes fueron esporádicamente visitadas por cazadores de focas y ballenas de diversas nacionalidades, principalmente británicos y estadunidenses, que se limitaron a buscar refugio y víveres. Con la independencia de Argentina consumada, las islas Malvinas pasaron a ser de Buenos Aires por herencia colonial.
Las entonces Provincias Unidas del Río de la Plata intentaron en 1820 una nueva colonización de las Islas Malvinas, con el interés de establecer una colonia penal —idea del ministro de guerra del libertador José de San Martín, Antonio Luis Beruti—, que al final no se terminó consolidando. El corsario estadunidense David Jewett tuvo esa encomienda de reclamar el territorio llegando en el buque Heroína e izando la bandera argentina en el archipiélago.
La noticia se había publicado en diversos diario de Estados Unidos y España, pero Reino Unido había pasado el suceso inadvertido. Fue hasta 1826 cuando el gobierno —sumido en varios conflictos internos— decidió otorgar permisos de explotación de recursos a los comerciantes Jorge Pacheco y el franco-alemán Luis Vernet con el fin de poblar nuevamente las Malvinas a través de granjas, la pesca y la caza, así como eximirlos de impuestos.
Con ello despertó el interés, tanto de Estados Unidos como el Reino Unido de ocupar tierras dentro del archipiélago. Vernet fue designado en 1829 como "comandante civil y militar" de las islas, bajo el entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Martín Rodríguez, y se le otorgó el monopolio de los derechos de caza de focas, limitando el acceso a agentes extranjeros. Además, se le dio poder a las islas adyacentes al Cabo de Hornos y parte del externo sur patagónico.
Inicia el reclamo de Argentina por las Malvinas
La creación de la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas, en la que dejaron a cargo a Luis Vernet por parte del gobierno de la Provincia de Buenos Aires es el primer precedente por el que Argentina reclama la soberanía del archipiélago, debido a la injerencia directa del territorio.
Esto generó protestas por parte del gobierno británico, ya que veían la creación de la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas como una "intervención en su propia soberanía", ya que los ingleses no dejaron de forma clara la secesión del archipiélago.
Los conflictos diplomáticos escalaron hasta 1831, esto tras una disputa sobre los derechos de pesca y caza que condujo a una incursión del buque de guerra estadunidense USS Lexington, que quedó incautado bajo los decretos de Vernet. El entonces cónsul de Estados Unidos, George W. Slacum, presentó una queja al gobierno argentino por la captura y detención de los barcos norteamericanos.
Varios deslices diplomáticos, y la influencia de Reino Unido, provocaron que el comandante del buque, Silas Duncan, declarara la disolución del gobierno de la isla —ya que aplicaba la Doctrina Monroe— y pidiendo la salida de Vernet del gobierno.
Después de que el cónsul encontrara lo que consideró prueba, de que al menos cuatro barcos pesqueros estadunidenses habían sido capturados, saqueados e incluso equipados para la guerra, Duncan tomó siete prisioneros a bordo del Lexington y los acusó de piratería, emprendiendo ataques a Port Louis, que en ese entonces sólo tenía 124 habitantes.
Inicia el reclamo de Inglaterra por las Malvinas
Tras el ataque del USS Lexington a la pequeña colonia de Puerto Soledad en las Islas Malvinas, se daría el inicio de la ocupación de Reino Unido sobre el archipiélago, que se mantiene desde hace casi 200 años. El reclamo recae en que nunca dejaron de exigir el territorio, pese a que lo abandonaron durante décadas tras el inicio de la Independencia de Estados Unidos.
A raíz del incidente del USS Lexington, el gobierno de Buenos Aires buscó establecer una colonia penal con el fin de mantener la soberanía en las Malvinas, pero se originó un motín, que terminó siendo controlado por el comandante José María Pinedo. Argentina rompería relaciones con Estados Unidos durante más de una década.
Las afirmaciones de Argentina de soberanía de las Malvinas impulsaron al Reino Unido a enviar un grupo de trabajo naval para regresar de manera definitiva y permanente a las islas. Bajo el capitán James Onslow llega en 1833 a Port Louis para alzar la bandera británica y quitar la de las Provincias Unidas del Río de la Plata, pidiéndole al irlandés William Dickson —el contable de la colonia y que había sido el representante principal de Luis Vernet en las Malvinas— que la colocara.
Pinedo envió a un oficial al barco británico, donde recibió la solicitud por escrito para reemplazar la bandera argentina por la británica y abandonar el lugar. Tuvo planes para que sus tropas resistieran el embate británico, pero finalmente desistió debido a su evidente inferioridad numérica y la falta de suficientes nacionales entre su tripulación. Los
Se habían quedado empleados del propio Vernet, como Dickson y Matthew Brisbane, pero terminaron siendo asesinados por la revuelta de los gauchos comandados por Antonio de Ribero en 1833. Y aunque trató de impedir un nuevo alzamiento de la bandera británica, terminó entregándose a los ingleses.
La ocupación británica hasta durante más de 150 años
Con ello, Argentina pierde las Malvinas en 1833. Reino Unido busca colonizar la zona para seguir reclamando la soberanía de la zona. En 1840, el archipiélago se convirtió en una colonia de la corona británica y varios escoceses posteriormente establecieron una comunidad pastoral oficial.
Dos años después, el secretario de Estado para la Guerra y las Colonias de Reino Unido, Edward Smith Stanley, instruyó al ingeniero Richard Clement Moody —que fue fundador de la Columbia Británica, en la actual Canadá— ser el el gobernador de las Malvinas y pidió que se estableciera Port Stanley, la actual capital de las Malvinas.
Pese a las protestas de Argentina, en 1843, se fundaría Port Stanley —en honor al secretario— y dejando a Port Egmont de serlo bajo decreto de la Reina Victoria. En las siguientes décadas, se volvería en un principal puerto de carga, beneficiado principalmente por la "Fiebre del Oro" en Estados Unidos y un desarrollo de la agricultura y la caza de focas, esta última que terminaría siendo prohibida por la sobreexplotación decenios más tarde.
Argentina empezaría a tener un gran crecimiento económico a inicios del siglo XX, esto impulsado por la migración europea que se abocó a la agricultura y al desarrollo industrial. Con ello volverían a hacerse reclamos sobre la soberanía de las Malvinas. Para 1908, el Reino Unido se anexiona oficialmente las islas de Georgia y Sandwich del Sur.
Los británicos también querían hacerse por decretos ser poseedor de las actuales regiones de Tierra de Fuego y Magallanes, que ya estaban colonizadas por Chile y Argentina, pero se desistió de la idea. Buenos Aires se acercaba al argumento para la recuperación del Archipiélago, ya que empezaba a tener mayor respaldo internacional.
En los periodos entreguerras, el archipiélago fue clave para los británicos, principalmente en la Batalla de Malvinas de 1914, donde ganarían los aliados ante los alemanes. En la segunda, sólo los buques navales hacían escala para abastecerse, principalmente en inicio del conflicto, donde se libró la Batalla del Río de la Plata nuevamente contra la Alemania nazi.
Argentina buscó aprovechar la coyuntura para hacerse del control de las islas nuevamente. Intentó cortar la comunicación telefónica y telegráfica con el Reino Unido y desató una crisis postal al incluir a las Malvinas en sus timbres en la década de 1920, que alentó más las fricciones con la corona británica.
Incluso, el presidente Juan Domingo Perón intentó comprarlas al Reino Unido en 1953, pero rechazaron tajantemente la oferta. Para entonces, ya con la existencia de las Naciones Unidas, la Asamblea General publicó en 1965 la resolución 2065, donde se establecía que ambas partes debían resolver sin demora la disputa de soberanía teniendo en cuenta los intereses de los habitantes de las islas.
En este marco, se inician las negociaciones para la transferencia a través de lo dictado por la resolución, que tenía como objetivo terminar con el colonialismo. Argentina intentó seguir reclamando la soberanía de las Malvinas, pero Reino Unido quiso mantener el status quo bajo la decisión de los habitantes, que principalmente era británicos.
El simbólico y fallido Operativo Cóndor
El incidente más grave sobre la incursión de Argentina sobre las islas fue el 28 de septiembre de 1966, en que 18 jóvenes peronistas protagonizaron una invasión simbólica de las islas —denominado Operativo Cóndor— al secuestrar un avión de Aerolíneas Argentinas y aterrizarlo en Port Stanley. Aunque secuestraron a personas, terminaron rindiéndose, y de regreso a Argentina fueron enjuiciados.
Las negociaciones no lograron un progreso significativo; los isleños se negaron rotundamente a considerar la soberanía argentina por un lado, mientras que Argentina no se comprometía con la soberanía por el otro. Pero los vínculos económicos y políticos de las Malvinas con Argentina aumentaron en las décadas de 1960 y 1970.
Las islas se volvieron más dependientes de Argentina, cuando se acordaron rutas aéreas, marítimas y comerciales, principalmente por el abastecimiento de petróleo por parte de la paraestatal YFP, que había tenido concesiones para explotar los yacimientos que se habían encontrado. Sin embargo, la situación cambiaría en la segunda mitad de la década de 1970.
Con el derrocamiento de Isabel Perón y la llegada de la última dictadura militar en 1976 —donde se cometieron atroces crímenes de lesa humanidad como la desaparición de gente, el robo e intercambio de menores y la represión política a manos de Jorge Rafael Videla y otros integrantes de la junta—, y la llegada de la primera ministra conservadora Margaret Thatcher en 1979, las relaciones entre ambos empezarían a friccionarse.
Ambos gobiernos empezaban a desgastarse para 1981,mientras que la pobreza y la inflación se disparaba en Argentina durante el Proceso de Reorganización Nacional, las reformas neoliberales de Thatcher en Reino Unido generaron fuerte rechazo en la sociedad inglesa, incluso entre los militares, que veían a la vista una reducción de su presupuesto.
Las relaciones entre Argentina y Estados Unidos plenamente dependían del retorno a la democracia; las protestas sindicales exigían el fin de la dictadura militar debido a la fuerte crisis económica que existía. Con ello se daría un cambio en el la junta, colocando al general Leopoldo Galtieri al frente del gobierno.
Galtieri veía posible una resolución del conflicto de las Malvinas a través de una intervención militar, misma que fue impulsada por su almirante, Jorge Anaya. Con el fin de promover ese conflicto, se utilizó la propaganda para hacer reclamo sobre la soberanía de las Malvinas, además de ser un elemento distractorio por la crisis económica.
El inicio de la guerra y lo que ha pasado posteriormente
Para el 5 de enero de 1982, la Junta Militar tomó la decisión de realizar una acción militar si las negociaciones diplomáticas con Reino Unido no progresaban. No sólo buscaban reclamar la soberanía de las Malvinas, sino también de Georgia y Sándwich del Sur. Al mismo tiempo, disputaba con Chile el control del Canal de Beagle, en el extremo sur del país.
El 19 de marzo de 1982, trabajadores de la Compañía Georgias del Sur S. A., del empresario argentino Costantino Davidoff, llegaron a Puerto Leith para izar la bandera argentina en las Malvinas, desatando una crisis internacional. Esto daría inicio a la Operación Rosario, que buscaba retomar el control del archipiélago a través de un conflicto armado, declarando la guerra el 2 de abril de 1982.
Más de 5 mil efectivos de las Fuerzas Armadas argentinas desembarcaron en las costas de Port Stanley. Los miembros de la junta especularon que el Reino Unido no reaccionaría a la invasión de las islas, porque eran lejanas y porque históricamente no habían sido de especial interés para los británicos.
Las Naciones Unidas determinaron en una resolución que las tropas argentinas debían cesar inmediatamente las hostilidadesen las Malvinas días antes del conflicto, pero no tuvo éxito. Al día siguiente, el Reino Unido iniciaría la Operación Corporate, que buscaba retomar el control de las islas.
Aunque el conflicto tenía el gran respaldo del pueblo argentino, a nivel de América Latina no existía apoyo. Argentina había tenido pleitos con Brasil y Paraguay, casi entra en una guerra con Chile, y no mantenía buenas relaciones con Cuba y México. Sólo Venezuela, Perú y Panamá respaldaron la intervención militar. Incluso, pensaban que Estados Unidos sería, cuanto menos, neutral ante la ocurrencia de un conflicto armado, pero condenó el ataque por temores de que la pelea de dos de sus aliados sería benéfico para la entonces Unión Soviética.
Los isleños encontraron poca oposición y las Malvinas pasaron por un tiempo a ser oficialmente de Argentina, conflicto que atrajo la atención mundial debido a que el Reino Unido se sumergía plenamente en una guerra territorial, cosa que no ocurría desde el inicio de la descolonización.
Pero los británicos respondieron con una fuerza expedicionaria, ya que muchos de los soldados de Argentina eran jóvenes mal entrenados, mal equipados, mal alimentados y pobremente armados, limitados en sus posibilidades frente a unas fuerzas armadas mejor preparadas.
El conflicto que desembarcó durante 72 días y, después de una feroz lucha, obligó a la rendición argentina a rendirse el 14 de junio de 1982 El conflicto dejó 907 muertos (649 del lado de Argentina, 255 de Reino Unido y sólo tres civiles), así como más de 700 suicidios y más de 2 mil 400 heridos de ambos bandos.
Desde entonces, los habitantes de las islas Malvinas son ciudadanos británicos de pleno derecho y se ampliaron las reservas militares en la zona para evitar cualquier otra invasión por parte de Argentina. Tras esta guerra, la dictadura terminó cayendo y se dio el paso hacia el retorno de la democracia, con la elección de Raúl Alfonsín, mientras que Thatcher le benefició al alcanzar un segundo mandato.
Nuevamente desde 1983, el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas (C-24), en Nueva York, adoptó por consenso una nueva resolución que reitera el llamado al Reino Unido y Argentina a retomar las negociaciones para encontrar una solución pacífica y definitiva a la controversia de soberanía sobre las Islas Malvinas.
Las relaciones diplomáticas entre Argentina y Reino Unido se reestablecieron hasta 1990, durante el gobierno de Carlos Menem. A día de hoy considera que los combatientes de ambos bandos fueron víctimas de "quizás especulaciones políticas" tanto de la Junta Militar como de la entonces primera ministra británica Margaret Thatcher.
Londres reafirmó su tenencia sobre el control de las Malvinas, en las que actualmente habitan unas 4 mil personas, esto tras un referendo realizado en 2013 donde la gran mayoría de los habitantes se mostraron a favor de seguir siendo parte del Reino Unido. Argentina sigue reclamando la soberanía de las islas, pese a los fallidos intentos de diálogo entre ambos países por la resolución de la ONU.
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