Una lujosa fiesta de cumpleaños en la cima de una montaña sagrada para los indígenas venezolanos ha generado fuertes reproches y consternación por el daño a la vida silvestre, en un episodio que los críticos ven como un exceso en medio del prolongado colapso económico del país.
La semana pasada, los asistentes a la fiesta fueron transportados en helicópteros a una montaña prístina de cima plana conocida localmente como Kusari, ubicada en el parque nacional Canaima en la región amazónica ecológicamente rica del sur de Venezuela.
En el idioma indígena pemón, estas montañas se llaman "tepuy" y son veneradas por su historia antigua y su vida vegetal extremadamente rara y frágil.
"Fue una violación a la naturaleza madre, porque son cerros sagrados e intocables que tradicionalmente hemos cuidado, conservado y respetado de acuerdo con nuestros antepasados", dijo a Reuters Nazario Rosi, un anciano pemón de 63 años.
"Limpiaron las plantas endémicas, lo dejaron (el terreno) limpio como si fuera un patio que se rastrilla", agregó. Hizo hincapié en que su cultura está prohibido llegar a la cumbre de Kusari.
Ignorando ese sentimiento, según los jefes indígenas, los invitados luciendo esmóquines y vestidos coloridos largos publicaron en sus redes sociales fotos y videos de la fiesta de la noche, aunque muchos borraron las publicaciones a medida que aumentaba la indignación en los días siguientes.
La fiesta de cumpleaños era del empresario Rafael Oliveros, y sus invitados llegaron en al menos nueve recorridos en helicóptero, según una denuncia presentada por el grupo ambientalista SOSOrinoco. La empresa turística de Oliveros no respondió a una solicitud de comentarios y Reuters no pudo comunicarse directamente con él.
El Ministerio de Información de Venezuela tampoco respondió a los mensajes en busca de comentarios, pero el fiscal general del país, Tarek Saab, escribió en Twitter que ordenó una investigación sobre los daños ambientales causados.
La reunión también violó las leyes locales de acceso, según Rosi y Roberto Simon, otro líder indígena, quien explicó que nunca se solicitó permiso para el evento, que se requiere, incluso para proyectos de investigación científica.
Más de cien montañas de cima plana como Kusari salpican el sureste de Venezuela, que según los geólogos se formaron cuando los continentes africano y americano se separaron hace millones de años.
El enigmático paisaje sirvió de inspiración para la novela clásica de ciencia ficción de 1912 del autor británico Arthur Conan Doyle "El mundo perdido", en la que los dinosaurios atacan a un grupo de exploradores.
El potencial de daño irreparable al paisaje de la cumbre es especialmente preocupante, según Gabriel Figueroa, también miembro de la comunidad pemón.
"Estos herbazales crecen sobre suelos extremadamente pobres y rocosos, lo cual los hace muy sensibles y de difícil recuperación una vez impactados", dijo SOSOrinoco en su comunicado sobre el caso.
"Sentimos que cualquier persona que no cumpla con nuestra normativa vulnera ese equilibrio y representa una ofensa. Pareciera que estamos acá como unos animales más o unos sujetos que no pensamos y eso acarrea una sensación de malestar en el pueblo de Canaima", dijo Figueroa.
La cadena de montañas "tepuy" en el parque Canaima fue designada como patrimonio de la humanidad por la UNESCO por las Naciones Unidas en 1994. SOSOrinoco ha dicho que también ha informado de los daños a la UNESCO.
RM