El entusiasmo que despierta el experimento libertario del presidente Javier Milei en círculos empresariales y financieros locales e internacionales contrasta con la creciente conflictividad que provoca su ajuste fiscal en las calles argentinas, donde se acumulan los llamados a huelgas y crece el malestar.
En sus redes sociales, Milei expone logros económicos, republica felicitaciones de economistas en el exterior y protagoniza encuentros con personalidades internacionales, ya sean virtuales, como sus cruces de halagos con el zar de la red X, Elon Musk, o reales, como su cita con el senador republicano Marco Rubio.
Milei es "un fuerte aliado de Estados Unidos con un plan audaz para salvar a Argentina de un siglo de desastrosas políticas socialistas", escribió Rubio el martes en X, junto a fotos de una reunión en Buenos Aires con el mandatario.
Pero mientras tanto, en casa, el sindicato ferroviario paró a nivel nacional el miércoles para exigir un ajuste salarial adecuado a la inflación de 254% interanual; este jueves rige una huelga del sector sanitario y gremios docentes llamaron a parar el día del inicio de clases, a partir de la semana que viene.
La CGT, la principal central sindical argentina, debate si organiza una segunda huelga nacional después de la de 12 horas que convocó el 24 de enero.
Su cosecretario Pablo Moyano dijo en la radio que "conflictividad social va a seguir creciendo" y advirtió: "Lamentablemente esto va a terminar mal".
"Nadie quiere que se vaya antes" el mandatario, aseguró al evocar la crisis social y las protestas en la calle al grito de "¡que se vayan todos!" que ocurrieron en 2001 y terminaron con una sucesión de cinco presidentes en una semana. "La violencia la ejerce el Gobierno con las medidas y las provocaciones permanentes", agregó el líder sindical.
Una decisión arriesgada
El fuerte ajuste fiscal que aplica Milei "es una decisión sumamente arriesgada, dado que puede profundizar la recesión y la caída del poder de compra de la población", según el economista Juan Manuel Telechea, del Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación German Abdala
Esto "va a poner a prueba la tolerancia social de una sociedad que ya viene muy golpeada", alertó en una columna en el medio digital Cenital.
El gobierno fijó por decreto un aumento del 30% del salario mínimo en dos cuotas de aquí a marzo, tras dar por fracasado el diálogo entre el Ministerio de Trabajo, empresarios y sindicatos en el Consejo del Salario donde las centrales obreras reclamaban un ajuste del 85%.
- El salario mínimo será de 180 mil pesos en febrero (210 dólares) y 202 mil 800 desde marzo (236 dólares).
En contraste, el encarecimiento del costo de vida no se frena: el boleto de autobús saltó un 250 por ciento de un día para otro en Buenos Aires, las medicinas suman a enero un 326 por ciento de aumento interanual y sólo en el último mes alimentos básicos como el pan y la leche se dispararon un 43 y 37 por ciento.
Yanina Salto, una empleada doméstica de 42 años del sur de Buenos Aires, debe tomar cuatro transportes por día. "Ahora sé lo que es caminar", mientras come un sándwich en la parada. "Antes gastaba 12 mil pesos más o menos, desde el aumento gasto 26 mil (cerca de 30 dólares)" al mes. Dijo tener "paciencia".
EDD