El ex mandatario peruano Pedro Castillo buscó el miércoles, cuando su intentona de disolver el Congreso se le revirtió al no obtener apoyo y saber que sería destituido de la presidencia, trasladarse a la embajada de México en Lima para pedir asilo político.
Así lo confirmó esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador quien informó que entonces dio instrucciones para “que se abriera la puerta de la embajada, con apego a nuestra tradición de asilo”.
- Te recomendamos Dictan siete días de detención preliminar a ex presidente Pedro Castillo Internacional
Autoridades peruanas impidieron que Castillo alcanzara su objetivo, pero las declaraciones de López Obrador recuerdan que México ha tenido por décadas las puertas abiertas a muchos extranjeros que buscan refugio tras desatarse pugnas de poder en sus países de origen.
“México ha sido considerado un país con una larga tradición de asilo migratorio, debido a la visibilidad que ha tenido el hecho de haber otorgado protección a una cantidad significativa de personas que, por cuestiones políticas, económicas o sociales, se han visto forzados a dejar su país de origen”, enfatiza el Archivo General de la Nación al hacer un recuento de los personajes más destacados que encontraron refugio.
Desde la Guerra Civil española
Entre los más de 25 mil españoles que fueron acogidos en México entre 1939 y 1942, al huir de la guerra entre republicanos y el franquismo, una cuarta parte destaca por ser intelectuales, artistas y científicos, entre ellos, Luis Buñuel, Rodolfo Halffter, Remedios Varo, Rafael Alberti, Pedro Bosch Gimpera, Enrique Díez- Canedo, Joaquín Xirau, José Puche, Max Aub, Emilio Prados, Eduardo Ugarte, Pedro Garfias, Luis Recaséns Siches, Eugenio, León Felipe, entre muchos otros.
Fue la gran apertura receptiva iniciada durante del gobierno de Lázaro Cárdenas, que gobernó entre 1934 y 1940, seguida por la del sexenio de Manuel Ávila Camacho (1940-46) que también dio refugio a líderes rusos que huían de la pugna con José Stalin, como Víctor Serge y Vladímir Kibálchich Rusakov, así como uno de los más conocidos asilados, León Trotsky, junto a su esposa Natalia Sedova.
Pese a vivir en México, Trotski no escapó de la venganza de Stalin quien lo mandó matar en 1940.
Por las mismas fechas, 21 de marzo de 1939, la italiana Tina Modotti recibió refugio.
Desde Latinoamérica
Tras el golpe militar que lo derrocó en 1954, el presidente guatemalteco Jacobo Árbenz y su familia estuvieron refugiados en la embajada mexicana en la capital de la nación centroamericana por más de 70 días para luego, pasar una corta temporada en el país.
Durante el gobierno de Felipe Calderón, se le ofreció asilo al derrocado presidente hondureño Manuel Zelaya, esposo de la actual mandataria de ese país, Xiomara Castro.
La guatemalteca premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, la familia del presidente chileno Salvador Allende (su viuda Hortenisa Bussi y sus hijas, Isabel y Beatriz), así como políticos, artistas e intelectuales que huyeron de las dictaduras de Pinochet y de Argentina, tuvieron en México refugio.
Incluso un rey fue recibido en su exilio: Mohammad Pahleví Reza, sha de Irán, vivió en México tras su derrocamiento en 1979 por la revolución islámica encabezada por el ayatolá Jomeini.
En los últimos años, ya en la presidencia de López Obrador, fue recibido Evo Morales tras ser desconocido por la oposición y las fuerzas armadas de Bolivia como mandatario en noviembre de 2019.