Una mujer concluyó la búsqueda de su hija mayor, tras 11 años de incansable lucha contra la burocracia, al descubrir que la joven había muerto apenas dos días después de su desaparición.
María Isabel López relató su calvario por no tener noticia de su hija Ailén, mientras ésta yacía bajo tierra con una lápida que no decía más que "NN", en la localidad argentina Florencia Varela.
"Necesito que los responsables de tanta desidia paguen. Durante años, fiscales y policías me dijeron que estaban buscando a mi hija mientras que ella ya estaba muerta. Ahora resulta que lo que me van a dar es una bolsa con sus huesos", reclama la madre al medio argentino La Nación.
La hija murió atropellada por un tren junto con su novio, con quien tenía una relación tóxica, luego de haberlo visitado a escondidas de sus padres.
De hecho, no era la primera vez que la chica tenía problemas por culpa de su noviazgo, pues antes de ser arrollada ya había sido encontrada bajo un puente sucia y rasguñada junto a su pareja, ambos bajo el efecto de sustancias.
"El 25 de enero (del 2013), después de hablar por teléfono con su novio, se va de casa sin darnos explicaciones. Así que me acerco a la comisaría, pero no querían tomarme la denuncia. ‘Ya va a volver’, me decían”, recuerda la madre sobre aquella vez en la que tuvo que buscar a su hija.
Lamentablemente, un par de semanas después (el 14 de febrero) la joven volvió a desobedecer a su familia para reunirse con el joven, pero esa vez no regresó porque fueron arrollados por la locomotora.
"En la noche del 15 me llamó un subcomisario para decirme que Ailén estaba en la casa del chico y que la mamá de él la estaba acompañando a tomar el colectivo. Pero si había una denuncia de por medio, ¿no podían traerla en el patrullero?", reclama la mujer a La Nación.
Ahí comenzó el martirio para los padres, pues al ver que la joven de 20 años no regresaba comenzaron a levantar denuncias y buscar cualquier indicio que los reencontrara con su hija. Entonces la autoridad tomó una actitud altanera.
"En la fiscalía me trataban de molesta. Me pedían que no volviera, me decían que la estaban buscando. Incluso, un día me llamó alguien de la policía para decirme que había hablado con mi hija y que ella había pedido que no la buscara más. Y ahora me doy cuenta de que cuando todo esto pasaba, mi hija ya estaba muerta. El sistema de Justicia se te ríe en la cara cuando sos pobre", sentencia.
Finalmente, ante la omisión de la autoridad, la madre se acercó a una organización llamada Madres Víctimas de Trata, que realizó una identificación de cadáveres sin datos, enterrados en fosas comunes de Argentina.
Entonces, la ropa de Ailén permitió identificarla para darle la noticia a su madre. Un cuerpo vestido con blusa de flores y zapatos negros fue encontrado en el cementerio local.
"Todo indica que fue un suicidio, que se tiraron en las vías. El novio me había dicho que si la alejaba de mi hija, él se iba a matar. Así que, lamentablemente, para mí tiene sentido que haya sido así", reconoce la madre.
SNGZ