La madre de Alexei Navalny, Lyudmila, acusó el jueves a los investigadores rusos de "chantajearla" por el funeral de su hijo, diciendo que estaban tratando de obligarla a celebrar una ceremonia de entierro privada sin dolientes.
La mujer hizo la acusación en un video publicado en YouTube.
Alexei Navalny, cuya muerte fue comunicada el viernes por el servicio penitenciario, era el más feroz opositor en Rusia a Vladimir Putin, a quien acusaba de intentar matarlo y de tenerlo encarcelado por cargos falsos y privado de atención médica.
El Kremlin rechazó las acusaciones y tachó a Navalny de marioneta occidental y delincuente común culpable de los cargos por los que fue condenado: fraude, desacato al tribunal y extremismo. La prisión donde cumplía condena dijo que estaba investigando su muerte.
Considerado prisionero político personal del Kremlin por muchos gobiernos occidentales, sus partidarios afirman que el carismático político de la oposición fue perseguido sistemáticamente por desafiar a Putin, líder supremo de Rusia durante más de dos décadas.
Navalny, un abogado a quien se le prohibió presentarse a las elecciones presidenciales de 2018, formuló detalladas denuncias de corrupción contra la élite rusa y acusó al presidente Putin y a sus aliados de ser autócratas que habían llevado a Rusia a una desastrosa guerra en Ucrania.
El Kremlin sugirió que Navalny era un títere de la CIA y un alborotador que pretendía derrocar a las autoridades y convertir a Moscú en un dócil Estado vasallo de Estados Unidos. Putin nunca lo mencionó por su nombre.
Navalny y sus seguidores -muchos de ellos menores de 30 años- fueron declarados extremistas tras celebrar ruidosas protestas antigubernamentales que fueron dispersadas por la fuerza y fomentar el voto táctico para intentar desbancar a los candidatos favorables al Kremlin.
En Occidente, muchos lo veían como un valiente y carismático político de la oposición dispuesto a arriesgarlo todo por un país que, según decía, creía que algún día podría llegar a ser libre y feliz.
En Rusia, su movimiento llegó a contar con unas 700.000 personas, pero los medios de comunicación estatales no lo tomaron en cuenta durante muchos años y la opinión pública estaba dividida.
Casado y con dos hijos, Navalny sobrevivió a lo que, según médicos occidentales, fue un intento de envenenamiento en 2020 a bordo de un avión en Siberia.
En aquel momento dijo de Putin: "Por mucho que pretenda ser un gran geopolítico, pasará a la historia como un envenenador". Putin negó que el Estado ruso hubiese intentado matarlo, y sostuvo que "el trabajo se habría terminado" si realmente hubiera querido eliminarlo.
Los aliados de Navalny dijeron que estaba planeando formular una plataforma política y crear un grupo de personas preparadas para gobernar cuando terminara la era Putin. Había instado a sus seguidores a acudir a mediodía a las urnas en las elecciones presidenciales rusas del próximo mes para expresar su oposición a Putin.
Fue agredido físicamente dentro de Rusia por activistas prokremlin en varias ocasiones y casi quedó ciego en una ocasión. Antes de ser encarcelado en 2021, afirmó que los servicios de inteligencia rusos les seguían a él y a su familia a todas partes.
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