El papa Francisco encabezó ayer una liturgia penitencial, en la que reconoció la culpa de los miembros de la Iglesia católica en casos de abusos sexuales en contra de menores de edad, y pidió perdón a las víctimas.
“Confesamos que obispos, sacerdotes, diáconos y religiosos en la Iglesia hemos ocasionado violencia a niños y jóvenes, y que no hemos protegido a quienes más necesitaban de nuestra ayuda”, se indicó en la liturgia, en el marco del Encuentro sobre la Protección de Menores, que inició el jueves pasado.
La ceremonia que se llevó a cabo en la Sala Regia del Palacio Apostólico del Vaticano, asistieron cardenales, obispos, superiores de órdenes religiosas y demás participantes en la cumbre sobre abusos sexuales a menores, que concluirá hoy.
“Hemos protegido a los culpables y hemos silenciado a los que han sufrido el mal (...) Confesamos que no hemos reconocido el sufrimiento de muchas víctimas, ni hemos ofrecido ayuda cuando la necesitaban, admitieron los asistentes a la cumbre penitencial, informó la agencia de noticias católica ACI Prensa.
En la reflexión previa al examen de conciencia, el papa Francisco señaló que “durante tres días hemos hablado entre nosotros y hemos escuchado las voces de las víctimas sobrevivientes, sobre los crímenes que los niños y jóvenes han sufrido en nuestra Iglesia”.
“HIPÓCRITAS”, POR CALLAR
La hermana Verónica Openibo, una nigeriana que ha trabajado en África, Europa y los EU, habló con voz suave, pero tenía un fuerte mensaje para los prelados que estaban sentados ante ella.
“Proclamamos los Diez Mandamientos y desfilamos como custodios de normas y valores morales y buen comportamiento en la sociedad. ¿Hipócritas a veces? ¡Sí! ¿Por qué permanecimos en silencio durante tanto tiempo?”, dijo.
Openibo pronunció su discurso al comienzo del penúltimo día de una conferencia en la cumbre del Vaticano en la que participaron unos 200 altos funcionarios de la Iglesia convocados por el papa.
Los principales cardenales dijeron el viernes que la Iglesia debe reparar los “fallos sistemáticos” que permitieron que el abuso sexual echara raíces en todo el mundo, y los obispos deberían a vigilar el comportamiento.
Y ADEMÁS
CHILENO NARRA SU “HUMILLACIÓN”
Una nueva víctima de abusos sexuales contó en la tarde de ayer su “humillación” durante una celebración religiosa de penitencia organizada con la jerarquía de la Iglesia católica y el papa, al fin de tres días de reflexión.“El abuso, de cualquier tipo, es la mayor humillación que un individuo puede sufrir”, explicó un joven hombre chileno que reside en Kuwait y fue recibido por el papa Francisco en su residencia. “Cuando se experimenta el abuso, se querría poner fin a todo. Pero no es posible. Se querría escapar, así sucede que uno deja de ser uno mismo. Se querría huir y escapar de uno mismo. Así es que, con el tiempo, uno se queda completamente solo”.
“Hemos protegido culpables”: Francisco
Cumbre. El pontífice aceptó la culpa de la Iglesia católica en los casos de abusos sexuales y el encubrimiento de los mismos.
Ciudad del Vaticano /