El sábado 24 de agosto en la Arena Ciudad de México se llevó a cabo la pelea estelar de Floyd Mayweather contra Gotti III en la capital de la República Mexicana, la cual fue presenciada en todo el mundo.
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Floyd Mayweather, miembro del Salón de la Fama del Boxeo, hizo su debut en territorio mexicano en una pelea de exhibición contra Gotti III. Ambos hicieron sus entradas influenciadas por la cultura mexicana, desde canciones representativas de México hasta su equipo inspirado en la bandera nacional.
Después de la presentación y la entonación de los himnos nacionales de México y Estados Unidos, la espera llegaba a su fin.
Con las ovaciones del público, el primer round comenzó. Ambos peleadores se saludaron; sin embargo, el combate fue lento y accidentado, apagando el ánimo del público, ya que las expectativas eran demasiado altas para el tipo de espectáculo que se presenciaba.
El segundo round inició con los ánimos apagados. Al minuto sucedió algo inaudito: el réferi llamó la atención a Mayweather por un golpe ilegal, pero él parecía no darle importancia, desafiando la autoridad del réferi. Este se acercó a un costado del ring anunciando que ya no estaría a cargo de la pelea, lo que provocó confusión y abucheos.
El público estaba disgustado; el evento parecía más una exhibición de circo que de boxeo, y los abucheos se intensificaron.
Nada ayudó a que los demás rounds no fueran tomados en serio por los peleadores. Parecía más una sesión de entrenamiento que una función estelar. El público se sintió ofendido ante tal demostración.
Lo único que salvaba esta lucha era el ingenio mexicano al momento de gritar cosas. Mientras la pelea avanzaba, la gente poco a poco se acercaba a las salidas; no querían saber más de este espectáculo que quedó a deber.
Los peleadores solo se limitaron a seguirse por el ring, lanzar uno que otro golpe y abrazarse. Parecía que solo querían que corriera el tiempo para poder acabar rápido con la pelea. Cuando se tocó la última campanada, la gente abandonó el lugar disgustada y decepcionada. La misma pregunta sonaba en los pasillos: ¿Valió la pena esperar tanto para ver esa pelea?
Previo al encuentro estelar, se presenciaron los actos de inicio de la cartelera principal en el ring de la Arena Ciudad de México: Silvia contra Cecilia, ambas mexicanas que demostraron con garra que el boxeo femenil está a la altura del varonil.
A medida que pasaban los rounds, el público se mostró contento, dado que la demostración de ambas peleadoras fue digna de abrir este evento tan espectacular. Parecía como si fuera la pelea estelar, donde ambas sacaron su arsenal mostrando la determinación del momento.
Llegando a la mitad de la pelea, el público seguía demostrando que la fanaticada mexicana es la mejor del mundo. Con los gritos de Ceci, Ceci, se evidenciaba el favoritismo de los aficionados, pero Silvia no se dejó opacar por ese apoyo a su oponente.
Al contrario, pareció motivarla a demostrar que también tiene esa fuerza guerrera que define a los mexicanos, esa sangre azteca que te hace luchar con todo hasta el final.
La pelea se aproximaba a su final. Las mexicanas querían dejarlo todo en el ring, tanto por orgullo como por agradecimiento hacia el pueblo mexicano. En un intercambio de jabs y ganchos, las emociones crecieron; la adrenalina impregnó el ambiente, que estalló cuando sonó la última campanada.
En una muestra de respeto, ambas peleadoras se abrazaron, demostrando un compañerismo puro entre atletas profesionales. Se anunció una victoria unánime a favor de Cecilia, lo cual elevó el furor del público presente, demostrando que fue una gran pelea digna de abrir una gran velada, donde los motores se iban calentando y las expectativas crecían conforme la noche avanzaba y el recinto se llenaba.
Segunda pelea de la noche: Alberto 'El Pollo' Arteaga contra Aarón Silva
Continuamos con otra pelea de mexicanos que, al igual que la anterior, mereció estar en un evento de este calibre. Pese a que ambos son mexicanos, los gritos de Pollo, Pollo no se hicieron esperar, demostrando quién era el favorito del público.
Al comienzo del primer asalto, quedó demostrado un respeto mutuo entre ambos, midiéndose con jabs calculados para probar la respuesta y la defensa del oponente. Sin embargo, al final de este round, El Pollo pareció agarrar confianza y empezó a conectar un par de combinaciones. La sorpresa de Aarón fue notoria, terminando así el primer asalto.
Iniciando el segundo round, quedó demostrado que la confianza de Alberto creció no solo por el apoyo que tenía, sino por el final del último asalto. Aprovechó esa inyección de confianza, mientras Aarón presumía tener buena defensa. Alberto se puso a la ofensiva, mostrando el coraje mexicano.
Poco a poco se comprobó la superioridad de Alberto ante la estrategia de su oponente, quien trató de responder al ataque, pero por cada golpe de Aarón, Alberto parecía conectar dos o hasta tres golpes. Sonó la campana, y Aarón se dirigió a su esquina para replantear su estrategia. En la otra esquina, Alberto mostraba que no pensaba cambiar de planes y seguiría así en el tercer round.
Sonó la campana para dar inicio al tercer round, y la emoción del público estaba por las nubes. La pelea no decepcionaba. Ambos peleadores reanudaron, y parecía que Aarón quería tomar la iniciativa, pero la defensa de su oponente era de acero. En el contraataque, El Pollo acorraló en las cuerdas a su oponente, quien parecía pasmado y no sabía cómo responder.
El réferi decidió parar la pelea ante la nula respuesta de Aarón, dando la victoria por nocaut técnico a El Pollo Arteaga. Esta pelea emocionó de manera eufórica al público, que esperaba con ansias las dos últimas peleas.
Pelea semifinal: Picasso contra Hovhannisyan
Pelea internacional de México contra Armenia, con el joven Picasso como local con el título de Súper Gallo contra el armenio Hovhannisyan. Picasso, estando en casa, se mostró humilde, saludando a su oponente. La arena se ensordeció con los gritos de apoyo hacia el peleador local. Después de tener peleas que lograron avivar al público mexicano, todo estaba listo para lo que prometía ser un encuentro inolvidable.
Al sonar la campana, ambos peleadores se saludaron en muestra de respeto. Como es costumbre, el primer round fue de estudio: ambos trataban de romper la defensa contraria mientras cuidaban su propia guardia.
Pero el público quería más; parecía que el ánimo de la fanaticada se contagió a los peleadores, quienes cerraron el primer round con un par de combinaciones.
Iniciando el segundo round, los contrincantes comenzaron a mostrar sus estrategias, las cuales parecían ser similares: atacar y conseguir la combinación para derribar la guardia del oponente.
Los primeros abrazos por parte del armenio se hicieron presentes, lo que enojó al público. Sin embargo, parecía ser su estrategia, y con varios combos, por un momento, puso a Picasso contra las cuerdas. Este último logró medir a su rival, conectando más golpes y así terminar el segundo round.
Sonó la campana dando inicio al tercer round, repitiendo la misma estrategia. Desesperado, el armenio dio golpes debajo del cinturón, lo que hizo que el réferi le diera una advertencia. Los abucheos no se hicieron esperar, recorriendo todo el recinto.
Pero en vez de provocar a Picasso, este se mostró más cauto en sus acercamientos, logrando que el armenio se molestara y provocara al público.
El cuarto round parecía un espejo del tercero, con el armenio continuando con los golpes bajos. El réferi solo le dio un par de advertencias, lo cual aumentó el disgusto del público.
Llegando al quinto round, finalmente un golpe del armenio conectó en una zona delicada de Picasso, lo que hizo que el réferi pausara la pelea un momento para amonestar a Hovhannisyan y bajarle un punto, lo que provocó un mayor apoyo a Picasso y el enojo hacia el armenio.
En los últimos rounds se notó una mejora en el estilo de Picasso, quien acorraló al oponente. Este no cedió en su guardia y aprovechó las oportunidades para abrazar y salir de las cuerdas. Ya en el round diez, el cansancio se notaba en ambos peleadores, pero no parecían querer bajar el ritmo.
Picasso demostraba el ADN del boxeador mexicano de no rendirse. Además, sabía que estaba en casa y no quería decepcionar a los fans que lo habían apoyado durante toda la pelea.
Llegando al último round, y con la emoción del público al máximo, los peleadores comenzaron a conectar combinaciones. Picasso llevó a las cuerdas al armenio, quien respondió hasta el final de la pelea.
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