Un cirujano vascular estadunidense que abandonó Gaza tras una temporada como voluntario dijo que nada le había preparado para la magnitud de las lesiones a las que se había enfrentado allí.
Decenas de pacientes al día. La mayoría jóvenes. La mayoría con heridas complicadas causadas por metralla. La mayoría acababan con amputaciones.
"La cirugía vascular es realmente una enfermedad para pacientes mayores y yo diría que nunca había operado a nadie menor de 16 años y esa fue la mayoría de los pacientes que operamos esta vez", dijo a Reuters en El Cairo Shariq Sayeed, originario de Atlanta.
Así viven los palestinos:
"La mayoría eran pacientes de 13, 14, 15, 16 y 17 años. La mayoría heridas de metralla y eso era algo con lo que nunca había tratado, era algo nuevo", reconoció.
Durante su estancia en el Hospital Europeo de Gaza, Sayeed dijo que su equipo atendía entre 40 y 60 pacientes al día. La gran mayoría eran casos de amputación.
"Y, por desgracia, también hay una incidencia muy alta de infecciones, así que cuando una amputación no se cura, se acaba produciendo una amputación mayor", explicó.
Ataque israelí en Gaza:
Alrededor del 70 por ciento de las operaciones que realizó fueron de heridas causadas por metralla y el resto, en su mayoría, por explosiones y derrumbes de edificios.
Ismail Mehr, anestesiólogo del estado de Nueva York, que dirigió la misión en Gaza, dijo que los médicos voluntarios se quedaron "sin palabras" ante lo que vieron cuando llegaron en abril al sur de Gaza.
Mehr es presidente de IMANA Medical Relief, un programa centrado en la ayuda médica en catástrofes y el apoyo sanitario que ha proporcionado tratamiento a más de 2.5 millones de pacientes en 34 países.
Ha estado en Gaza varias veces en el pasado, pero no podía imaginar lo que vio esta vez: "Realmente todo lo que vi fue destrucción en Jan Yunis, ni un solo edificio en pie".
De los 36 hospitales que atendían a más de 2 millones de residentes, sólo 10 funcionaban algo a principios de abril, según la Organización Mundial de la Salud.
Los centros de salud carecían de material médico, equipos, personal y suministro eléctrico, según Mehr. Su mayor temor ahora es un previsible asalto israelí a la ciudad meridional de Ráfah, donde se ha refugiado la mitad de los 2.3 millones de habitantes de Gaza.
"Espero y rezo para que Ráfah no sea atacada. El sistema sanitario no podrá hacerse cargo de eso. Será una catástrofe total", lamentó.
SNGZ