Las autoridades de Líbano ordenaron el arresto del directo general de Aduandas del país, Badry Daher, por su posible responsabilidad en la explosión en el puerto de Beirut por 2 mil 750 toneladas de nitrato de amonio el pasado martes que ha dejado hasta el momento 157 muertos.
La oficina de prensa del Ministerio de Justicia informó de que, "después de más de cinco horas de investigaciones", la Fiscalía General emitió una orden de arresto del director general de Aduanas en el marco de las pesquisas tras el suceso. El arresto se practicó siguiendo las instrucciones del tribunal correspondiente, indicó la fuente.
El gobierno atribuye la explosión a la deflagración de una carga de 2 mil 750 toneladas de nitrato de amonio que se encontraba almacenada en el puerto desde hacía seis años.
El gobierno ordenó a la autoridad militar, bajo la que ha quedado el control de la capital tras la explosión, que pusiera bajo arresto domiciliario a todas las personas que hubieran tenido relación con esa carga desde junio de 2014. El presidente del Líbano, Michel Aoun, informó de que la investigación incluye a veinte personas, pero que "no se puede detener a ninguna y encarcelarla antes de la investigación".
Una fuente militar que pidió el anonimato dijo a la agencia EFE que hay dieciséis arrestados, pero un "numero mucho mayor" de personas está siendo investigado para determinar las responsabilidades de la tragedia. Aoun reivindicó la necesidad de una investigación nacional, pese a que son muchas las voces dentro y fuera del país que piden que sea realizada con o por expertos internacionales.
El ministro libanés de Salud, Hamad Hasan, elevó a 157 el número de muertos este viernes como consecuencia de la explosión y a unos 5 mil heridos, de los que 120 están graves y al menos un 20 por ciento del total ha tenido que ser hospitalizado.
Se percibe "furia" en la población tras explosión
Las fuerzas de seguridad lanzaron gases lacrimógenos contra una multitud indignada que se congregó en Beirut la noche del jueves, mientras crece la ira contra la élite gobernante, que ya luchaba contra un colapso económico antes de la explosión.
La manifestación, en la que algunos lanzaron piedras, marcó el retorno de unas protestas que se han hecho habituales en Beirut, mientras los libaneses ven cómo se evaporan sus ahorros y se desintegra su moneda.
"Es imposible que podamos reconstruir esta casa. ¿Dónde está el Estado?", dijo Tony Abdou, un desempleado de 60 años.
Su casa familiar está en Gemmayze, un distrito situado a pocos cientos de metros de los almacenes. Una fuente de seguridad y medios locales dijeron previamente que el incendio que causó el estallido fue iniciado por unos trabajos de soldadura en el almacén.
Voluntarios recogieron escombros de las calles de la capital libanesa, que todavía tiene cicatrices de una guerra civil que se prolongó entre 1975 y 1990.
"¿Realmente tenemos un gobierno?", dijo el taxista Nassim Abiaad, de 66 años, cuyo vehículo fue aplastado por los escombros. "Ya no hay forma de ganar dinero".
Vecinos y voluntarios que trabajaban en la limpieza en uno de los barrios afectados por la explosión el pasado martes en el puerto de Beirut increparon y echaron hoy de la zona al ministro de Educación libanés, Tarek Majzoub, cuando visitaba el lugar.
El ministro fue obligado a retirarse de la zona del desastre entre gritos de “dimisión” un día después de que la ministra de Justicia, Marie Claude Najm recibiera una respuesta similar y se fuera de otro barrio entre la indignación de los ciudadanos, informaron medios locales.
Majzoub había acudido a uno de los barrios afectados, el de Karantia, pertrechado con una escoba para unirse a las decenas de beirutíes que han salido a las calles en los últimos días para limpiar las calles de los cristales rotos y los escombros dejados por la deflagración.
Sin embargo, según el diario libanés The Daily Star, el funcionario tuvo que retirarse entre gritos de “Dimisión” y “Preparen la soga” de una multitud enfurecida. El jueves la titular de la cartera de Justicia fue increpada también mientras recorría el vecindario de Gemayzeh, muy cercano al puerto, según informó el canal de televisión Al Jadeed.
Un grupo de vecinos que se encontraban ayudando a las familias a limpiar sus casas, afectadas por la explosión, comenzó a seguirla increpándola, arrojándole agua y pidiéndole a gritos la dimisión.
Najm realizó varios intentos de dialogar con la multitud, que le gritaba “ministra de la corrupción”, y tuvo que retirarse. Líbano, además de la explosión, atraviesa una grave crisis económica que ya provocó el inicio de multitudinarias manifestaciones contra el gobierno y el régimen sectario del país en septiembre pasado.
Aunque las protestas hicieron dimitir al entonces primer ministro, Saad Hariri, el hartazgo popular continuó y se agravó con la situación provocada por la pandemia de covid-19.
Gobierno ve una posible "injerencia externa en explosiones
El presidente del Líbano dijo que la investigación sobre la mayor explosión en la historia de Beirut examinará si fue causada por una bomba u otra "interferencia externa", mientras los residentes intentaban reconstruir sus vidas tras el estallido.
La búsqueda de desaparecidos se ha intensificado, mientras los rescatistas remueven los escombros en una lucha contra el tiempo para encontrar a algún sobreviviente, además de quedar destruida parte de la ciudad.
"La causa no ha sido determinada aún. Existe la posibilidad de una interferencia externa a través de un cohete o una bomba u otro acto", dijo el presidente Michel Aoun en comentarios publicados por medios locales y confirmados por su oficina.
Asimismo, señaló que también se analizará si la explosión fue por negligencia o un accidente. Con anterioridad había dicho que había material altamente explosivo almacenado en condiciones inseguras durante años en el puerto y una fuente afirmó que una investigación inicial apuntó a una negligencia en el almacenamiento del material explosivo.
Si bien Estados Unidos ha señalado que no se descarta un ataque, Israel, que ha combatido varias guerras contra Líbano, negó haber jugado algún papel en el incidente. El presidente turco, Tayyip Erdogan, dijo que la causa no está clara, pero comparó la explosión con un bombardeo ocurrido en 2005 que causó la muerte del ex primer ministro Rafik al-Hariri.
Sayyed Hassan Nasrallah, líder de la poderosa organización libanesa Hezbolá, negó lo que calificó como comentarios "preconcebidos" tanto en el país como en el extranjero sobre que el grupo chiíta respaldado por Irán tenía armas almacenadas en el puerto.
"Incluso si un avión chocó, o si fue un acto intencional, si este nitrato estuvo en el puerto durante años de esta manera, significa que parte del caso es absolutamente negligencia y corrupción", sostuvo.
La explosión causó importantes daños materiales dejando a entre 200 mil y 250 mil personas sin vivienda y unas pérdidas materiales de entre 3 mil y 3 mil 500 millones de dólares, según la gobernación de la capital libanesa.
dmr