Centenares de miles de judíos ortodoxos se congregaron el domingo cerca de Tel Aviv para asistir al funeral del influyente rabino Jaim Kanievsky, apodado como el "Príncipe de la Torá", entre fuertes medidas de seguridad para evitar estampidas.
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Figura clave del judaísmo, y líder de los judíos de la comunidad lituana, Kanivesky falleció el viernes a los 94 años. Su funeral estaba planeado para el domingo por la tarde en Bnei Brak, una ciudad ortodoxa contigua a la metrópolis de Tel Aviv, en el centro del país. Miles de fieles llenaban las calles y se amontonaban en escaleras, e incluso, tejados para asistir al entierro.
"Lloré cuando supe que había muerto", dijo Shlomo Lugassi, un fiel de 41 años que intentaba abrirse paso entre la multitud, sin éxito, para acceder a la casa del difunto rabino. "Como judíos sabemos que lo que sostiene el pueblo (judío) es la Torá, y este hombre era la Torá, por su conocimiento", agregó.
La policía israelí estimó la afluencia en unas 750 mil personas y desplegó 3 mil agentes, así como paramilitares, para evitar tragedias como la ocurrida en abril de 2021, cuando una estampida durante un masivo peregrinaje judío dejó 45 muertos, incluidos niños, en el norte de Israel.
La policía cerró el tráfico en Tel Aviv por varias horas y se preveía que las carreteras aledañas resultarán trancadas, por lo que las autoridades llamaron a la población a evitar trasladarse en auto. El Ministerio de Comunicaciones vaticinó que las redes de telefonía quedarán saturadas, por lo que aconsejó a la población a hacer únicamente llamadas esenciales.
Fotos aéreas muestran a un enorme mar de gente, vestidos todos de negro a la usanza de los judíos ortodoxos, inundando las calles de Bnei Brak circundantes a la casa de fallecido líder religioso.
Si bien no ostentaba ningún cargo oficial, Kanievsky era considerado una luminaria en el mundo ultraortodoxo. Hizo noticia al inicio de la pandemia cuando dictaminó que cerrar las escuelas religiosas sería peor que contraer el virus, aunque luego cambió de postura, cuando el virus empezó a afectar a zonas densamente pobladas como las de Bnei Brak.
"El rabino siempre se aseguró de recibir a cada persona con un corazón abierto", dijo el primer ministro israelí, Naftali Bennett, en un comunicado. "Fue un verdadero líder público, que desde su modesta casa de Bnei Brak (cerca de Tel Aviv) dirigió a decenas de miles de personas en Israel, con sabiduría, sentido común y una habilidad rara", añadió.
La insular comunidad ultraortodoxa comprende un 12 por ciento de los 9.4 millones de habitantes de Israel. Rigen sus vidas de acuerda a una estricta interpretación de las leyes judías, enfocándose en el estudio de la Torá y en el cumplimiento de las tradiciones.
Rabinos prominentes como Kanievsky desempeñan un rol protagónico en la comunidad y suelen tomar decisiones importantes. Los funerales son parte de la vida tradicional judía y los de rabinos importantes suelen atraer a miles de seguidores a las calles.
dmr