Millones acuden a las urnas en Líbano para exigir un cambio a la severa crisis económica

Los libaneses votaron este domingo en las primeras elecciones parlamentarias desde que estallaran múltiples crisis que han llevado al país al borde del abismo.

Líbano ha estado enfrentando una crisis económica severa desde 2019. (Reuters)
Editorial Milenio
Beirut /

Los colegios electorales del Líbano registraron este domingo una significativa afluencia de votantes, que acudieron a depositar sus papeletas con el descontento por la crisis económica como denominador común en unas elecciones decisivas para el futuro del pequeño país mediterráneo.

El hemiciclo que emane de las urnas se encargará de elegir a finales de año al próximo presidente de la República y también tendrá la última palabra en la formación del gobierno que se encargará de implementar importantes reformas para salir de la depresión.

Desde la apertura se formaron largas colas en los centros de votación capitalinos y algunos de ellos llegaron a concentrar aglomeraciones de cerca de un centenar de personas en un solo pasillo, anticipando una alta participación a falta de que se anuncie el porcentaje oficial.

El jefe de la misión de observación electoral de la Unión Europea (UE), György Hölvényi, confirmó este domingo en una rueda de prensa durante la mitad de la jornada que sus equipos desplegados sobre el terreno estaban reportando una "creciente" afluencia de votantes.

Las autoridades todavía no han anunciado cuándo se darán a conocer los resultados, si bien en los últimos comicios de 2018 el recuento se prolongó hasta casi 24 horas después del cierre de los colegios.

Una jornada en Líbano marcada por la grave crisis económica

En muchos colegios capitalinos el número de efectivos de seguridad se contaba en decenas y las medidas incluían cacheos y registros de bolsos, mientras que los vehículos militares se apostaron también en rotondas, carreteras y otros puntos estratégicos de Beirut. A pesar de todo, la jornada se desarrolló sin incidentes de gravedad, según confirmó una fuente militar que pidió el anonimato.

Estos son los primeros comicios desde el estallido en 2019 de una grave crisis económica que ha empujado a casi el 80 por ciento de la población por debajo del umbral de la pobreza, ha hecho caer el valor de la moneda local, la libra libanesa, en más de un 90 por ciento.

"¿Quieres dejar que estos mandatarios se queden? ¿Quieres que se queden en el poder después de todo lo que ha pasado y todo lo que hicieron? (...) No hay más economía ni combustible y la electricidad viene una hora al día", sentenció el elector Mark Keserweini en una zona beirutí predominantemente cristiana.

Salem Abdo, de 57 años, cree que se debe renovar a "todo" el hemiciclo, pero su voto irá una vez más al partido cristiano Kataeb, con varios escaños en la actual Cámara. "Ellos siguen tratando de cambiar (las cosas), pero el resto no les dejan", defendió en declaraciones.

El hastío generalizado parece propicio para una miríada de partidos y candidatos opositores emanados de un movimiento de protesta que en 2019 congregó a decenas de miles de libaneses cansados de las oligárquicas y corruptas formaciones tradicionales.

Una ventana para la oposición... y para Hezbolá

Cánticos de "revolución, revolución" reverberaron a la entrada de uno de los principales colegios del oeste de la capital, donde se congregó un grupo de partidarios de la lista electoral "Beirut por el cambio".

La representante de la candidatura para ese centro, Sima Zayed, explicó que buscan un país con "derechos humanos básicos" y que no esté gobernado por "políticos corruptos", pero son conscientes de que en el Líbano "el cambio no se va a producir en un día ni en unas pocas horas".

Esperan lograr al menos un escaño en cada región del país, sin que las previsiones de los expertos sean demasiado alentadoras debido a la fragmentación de estas formaciones alternativas.

Al cruzar los lindes de Beirut y entrar a una zona predominantemente chií del suburbio de Chiyah, el amarillo limón característico del grupo Hezbolá predomina en las camisetas de los votantes, las omnipresentes banderas y los pañuelos colocadas sobre los hombros de algunas interventoras.

"Nos quedaremos durante 400 o 500 años hasta que instauremos la ideología de la resistencia y de liberar las tierras ocupadas de Palestina", reivindicó allí el votante Ali al Hajj, en línea con la retórica habitual de este movimiento político y armado enemigo de Israel.

En declaraciones a la entrada de un colegio en Chiyah, la joven Fatima Shouqair también expresa su "claro" respaldo a Hezbolá, algo que no considera esté reñido con desear una mejora de la situación para que sus "hijos" tengan un futuro más próspero.

dr

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