Moscú lanzó este viernes el pago por reconocimiento facial en el metro, el ejemplo más reciente del desarrollo rápido, pero también algo que generó controversia en Rusia.
"Para entrar en el metro, los pasajeros no necesitan una tarjeta ni un teléfono móvil: basta con mirar a una cámara", explicó el encargado del transporte de la alcaldía, Maxim Liksutov, citado en un comunicado.
Según él, Moscú es "la primera ciudad del mundo en la que el sistema funciona a tal escala", con 241 estaciones de metro. Añadió que el pago por reconocimiento facial es "sólo una forma de pagar" y que sigue siendo "voluntario".
Liksoutov espera que entre el 10 y el 15 por ciento de los pasajeros utilicen el sistema con regularidad en "dos o tres años".
Se espera que el sistema reduzca los tiempos de espera en la enorme red de metro de Moscú, una de las más concurridas de Europa.
Las autoridades prometieron que los datos recabados mediante el reconocimiento facial estarán "encriptados de forma segura", y que la cámara del torniquete leerá una "clave biométrica" y no una imagen del rostro de la persona.
La tecnología, que se está desarrollando rápidamente en Rusia, ha sido sin embargo, criticada por varias ONG rusas e internacionales, preocupadas por los abusos, la fuga de datos y la falta de consentimiento.
El reconocimiento facial se ha utilizado en Moscú, que cuenta con una red de decenas de miles de cámaras, para detener a manifestantes de la oposición y controlar el cumplimiento de las cuarentenas de covid-19.
DMZ