Después de una huelga de hambre que le dejó repercusiones estomacales de por vida, el activista migrante Ángel Noriega, uno de los rostros más visibles de los mexicanos en el exterior inconformes por los abusos diplomáticos, alza la voz junto con otros líderes para resumir el sentir más radical de la diáspora, desesperada por las próximas deportaciones de Donald Trump.
“Queremos elegir a los cónsules de México en Estados Unidos”, declara en entrevista con MILENIO en medio de la cuenta regresiva hacia la toma de posesión del magnate neoyorquino, que avanza imparable.
Los inmigrantes necesitarán una diplomacia preparada y dispuesta a atenderlos que hoy “en la mayoría de los casos” no ven a la altura.
México cuenta actualmente con 80 embajadas en el mundo y 67 Consulados, de los cuales 53 están en Estados Unidos.
Estos, de acuerdo con la ley, son designados por el o la titular del Ejecutivo y ratificados en el Senado cuando se trata de sedes generales; en las representaciones más pequeñas solo pasan por la aprobación legislativa cuando no son diplomáticos de carrera.
La propuesta de llevarlos a sufragio –inédita en el mundo– requeriría de una reforma constitucional y cuenta con el apoyo de las organizaciones de oriundos de más peso en Estados Unidos como Casa Michoacán; Casa Zacatecas de Fort Worth; la Coalición de Migrantes Mexicanos; el Colectivo de Federaciones y Organizaciones Mexicanas Migrantes y la Federación de Clubes Migrantes del Sur de California, entre otras.
Aunque algunos de estos colectivos han solicitado la democratización desde hace años, ahora mismo ven más posibilidades con dos iniciativas de ley en el Congreso de la Unión y el precedente de la elección de jueces.
“Si vamos a ser demócratas en México, vamos con todo”, dijo José Luis Gutiérrez, de Casa Michoacán DuPage en Chicago.
Los mexicanos partidarios de la elección de cónsules coinciden en que, al final de cuentas, son ellos quienes padecen frecuentemente el despotismo, la falta de entendimiento de las necesidades comunitarias y hasta de la corrupción en los trámites y servicios, ¿por qué no escogerlos y hasta quitarlos si no funcionan?
“Lo que ahora viene con Trump es muy grande”, advierte Gutiérrez, partidario de una elección “apartidista” de cónsules, demanda con la que comulgan diversas organizaciones y clubes migrantes.
“En el gobierno mexicano nos han dicho que para que elijamos a nuestros representantes diplomáticos se necesita mucha preparación, una reforma legal y una coyuntura… y todo eso lo tenemos ahora”, opina Gutiérrez. “Sería un gran legado de Sheinbaum si lo promueve”.
Este diario solicitó a la SRE un posicionamiento oficial sobre la elección consular, pero la dependencia omitió emitir comentarios “hasta que la Presidenta y el canciller anuncien las acciones concretas”, explicó una representante del área de Comunicación Social.
Claudia Sheinbaum ha prometido hasta el momento solamente una acción concreta, la digitalización de documentos, y dos generalidades: apoyo jurídico y “consulados de puertas abiertas”.
Huelga de hambre por malos consulados
En marzo pasado, Noriega realizó a sus 62 años una protesta en la que duró 19 días sin comer para llamar la atención sobre lo que consideran un “mal servicio” de los consulados.
Quería garantizar un trato con respeto, así como un alto a la intervención de gestores externos que cobran por dar las citas que deberían ser gratuitas.
Al ayuno se sumaron las activistas Olga Valle y María Cervantes y poco a poco otros líderes de organizaciones de todo el país firmaron el pliego petitorio del Movimiento Nacional Cultural con el hashtag #YoTambiénSoyAngelNoriega.
El estudio ‘Voces indocumentadas: ¿Qué se espera de los consulados mexicanos en Estados Unidos?’, del Colegio de la Frontera Norte (Colef), publicado este año, reveló que el 94 por ciento de los migrantes “no sabe” qué puede esperar de sus diplomáticos; el 92 por ciento quiere una mejor atención, el 38 por ciento mejores servicios sociales (educación financiera, por ejemplo), mejor asesoría legal (36 por ciento) y ayuda para integrarse (34 por ciento).
Los resultados de inconformidad de la encuesta coincidió con los mismos datos duros de la Red Consular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) sobre protección y asistencia.
En ellos destaca que entre 2010 y 2024 se redujo un ¡97 por ciento! el número de atenciones de los consulados a los casos de arbitrariedades por parte de autoridades estadunidenses.
En 14 años pasó de 204 a siete casos de atención a los “abusos graves”; de 32 a dos seguimientos a las investigaciones por asesinatos de mexicanos por parte de algún funcionario gringo y de 233 a tres por “otro tipo” de arbitrariedades no especificadas.
En temas migratorios atendió en 2010 a poco más de 66 mil casos, pero tuvo un crecimiento reducido en los casi tres lustros: en 2024 reportó 71 mil 617; de los cuales, no hay información sobre el tipo de auxilio que brindó.
En octubre pasado la organización Fuerza Migrante se opuso a la designación de Jorge Islas, ex cónsul de Nueva York como coordinador general de Consulados de México (un cargo que creó la presente administración), por considerar que no era la propuesta ideal dadas las acusaciones de acoso laboral, maltrato y violencia de género.
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¿Es buena idea la elección de cónsules?
El ex cónsul Bernardo Méndez, diplomático de carrera en retiro, consideró que la democratización del servicio consular vulneraría aún más los servicios porque este, a pesar de sus limitaciones, es profesional, se va ascendiendo de rango con evaluaciones y exámenes.
“Es verdad que ha habido abusos al nominar diplomáticos como pago de lealtades y favores políticos, pero eso se puede corregir y la falta de conocimiento no se logra tan fácil, son años de preparación, una licenciatura y conocimientos de todo lo que se necesita hacer: no se trata solo de voluntad política”, recuerda en su experiencia como cónsul adscrito en Montreal, El Salvador, Atlanta, San Francisco, Tucson y Chicago.
De acuerdo con la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares, de la que México es parte, los quehaceres de un diplomático incluyen, además de atender los intereses del país que representa, fomentar la relaciones comerciales, económicas y científicas, asistencia jurídica, poderes notariales, certificaciones, menajes y tareas con autoridades locales, legisladores o gobernadores locales.
Contra los coyotes humanos
Luis Manuel Hernández pasó ocho años sin documentos de ningún tipo en Estados Unidos porque se negaba a pagar 300 dólares que le cobraban los gestores para sacar una cita en el consulado de México en Indianápolis.
“Para tolerar a los coyotes ya está el desierto”, se decía a sí mismo tres veces por semana, cuando acudía a la clínica gringa a la que tenía derecho por un seguro médico que él mismo contrató a pesar de pasaporte vencido, mismo que no podía renovar porque cuando llamaba a la sede diplomática le decían que no había citas.
Luis Manuel no quería ser parte de un sistema de corrupción que habían reconocido las autoridades en Fresno, California y en Las Vegas, Nevada, como “casos aislados” en 2021, aunque por conversaciones con paisanos sabía que es el pan de todos los días en Raleigh, Orlando, Atlanta, Indianápolis…
En entrevista con MILENIO cuenta que sus amigos, conocidos y colegas de trabajo de origen mexicano que sí pagaron a los gestores lograron tener su cita.
“Los coyotes dicen que dentro del consulado dan un moche’”, detalla. Es un negocio estructurado, dice: desde Columbus organizan “tours” a Indianápolis, que incluyen la cita y el traslado por 600 dólares para sacar el pasaporte o la matrícula consular.
Hasta este 2024 Luis Manuel Hernández había tenido la suerte de que la aseguradora no le pidiera una identificación vigente para tratar su problema del riñón, pero un día le pusieron el ultimátum: o la actualizaba o no le darían más el servicio.
Así lo empujaron a subirse al camión que había jurado evitar y pagando todo lo que le pedían. “A eso te obligan”, lamenta.
En excepciones, los migrantes reconocen que el personal no se da abasto para atender a los millones de paisanos: desde el 2019, las medidas de austeridad planteadas por el gobierno federal golpearon a la diplomacia mexicana, muchos fueron despedidos y se les cargó el trabajo.
“Se entiende”, dijo Enrique Esparza, activista jalisciense radicado en Sacramento, California.
Actualmente la SRE ofrece un telefónico de lunes a domingo, que atiende hasta 35 mil Ilamadas diarias en español, inglés y en cinco lenguas indígenas, según sus propias cifras.
También reconocen un déficit de más de 200 personas en el Servicio Exterior Mexicano; los activistas creen que esa cifra debería multiplicarse por miles.
“Somos millones de mexicanos aquí y sólo atienden hasta el medio día”, advierte la oaxaqueña Araceli Pérez, fundadora de Guerreras Tu Voz es Mi Voz, en Orlando, Florida, e integrante del movimiento #yotambiensoyangelnoriega a quien hace unos años un cónsul le negó el pasaporte porque no parecía mexicana y decía que sus documentos eran falsos.
“Son esos pequeños detalles los que haría la diferencia entre un cónsul que conoce la comunidad”, opina. “La legislación para votar por los cónsules debería aprobarse rápido, como se ha hecho con otras leyes. No es un juego lo que vamos a enfrentar”.
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Iniciativas van y vienen
Alejandro Robles, ex diputado federal migrante por Morena, presentó en marzo pasado una iniciativa para modificar los artículos 76, 78 y 89 de la Constitución que impiden la elección diplomática y fue respaldada por los siete legisladores voceros de los connacionales radicados en el extranjero.
La propuesta, dijo, “cumpliría a cabalidad con lo señalado en la Constitución, la Ley del Servicio Exterior Mexicano y su reglamento y sería para los consulados más populares”.
La condicionante de que los candidatos a cónsules sean del servicio profesional de carrera tiene popularidad entre los migrantes, que están hartos de que se paguen favores políticos con consulados y embajadas.
“Si son diplomáticos de carrera y conocemos sus propuestas antes de la votación sería muy positivo”, dijo Guadalupe Gómez, vicepresidente de la Federación de Clubes Zacatecanos del Sur de California. Francisco Álvarez, de Casa Zacatecas en Texas, enumeró una serie de características a considerar: dominio del inglés, sensibilidad intercultural, experiencia diplomática y migratoria, más formación académica.
Efraín Jiménez, del Colectivo de Federaciones y Organizaciones Mexicanas Migrantes, coincidió en la profesionalización y agrega que “la propuesta de elección directa no sólo fortalecería la confianza en los consulados sino que también promovería una relación más inclusiva entre el gobierno y la diáspora”.
En la presente legislatura, la diputada Evangelina Moreno también presentó en agosto otra iniciativa a través de la cual se busca que los migrantes puedan proponer ternas al Ejecutivo Federal y que el periodo de los cónsules sea por un periodo máximo de seis años.
Desde el senado, la legisladora migrante Karina Guriérrez sugiere poner a prueba la propuesta que en estos días hará la presidenta Claudia Sheinbaum para mejorar los consulados y, si no funciona, dar el paso a una reforma constitucional para lograr la votación a la diplomacia.
“Si se llegara a este punto podrían formarse cuadros profesionalmente con experiencia y conocimiento diplomático, mediante el Instituto Matías Romero, para que estuvieran preparados los candidatos: todo sería muy reglamentado”.
De una forma u otra, la coincidencia entre los diversos grupos de migrantes es que el servicio consular no puede continuar como está.
Luis Gutiérrez, activista y ex secretario de Migración en Michoacán, sugiere que también podría ser gradual, que haya una democratización gradual. “Empezar por crear consejos consultivos que sirvan como órganos vigilantes, contrapeso y enlace entre los cónsules y la comunidad”, propone.
En ello coincide Carlos Arango, del Frente Nacional Migrante, quien deja sobre la mesa una última cuestión: ¿por qué no incluir, de una u otra manera, a los mismos migrantes en el trabajo consular?
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HCM