Una mujer española será juzgada en Kenia, después de ser acusada de abuso sexual y explotación infantil; sin embargo, asegura que la denuncia fue hecha por trabajadores que intentaron vengarse de ella.
Marta Oreja, voluntaria fundadora de una ONG en Kenia, señaló que el juicio se ha aplazado debido a que una persona que la había denunciado, retiró su denuncia, así lo informó en su página de Facebook de su ONG, "Supporting Healthcare in Kenia", donde detalla todo lo ocurrido.
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"Una organización le solicita a la policía que me arresten inmediatamente por todos los crímenes que estoy cometiendo, y que si no lo hace ningún organismo oficial, lo harán ellxs", relató la española en una carta amenazante, mientras se encuentra retenida en este país.
¿Quién es Marta Oreja?
Oreja es profesora del ESIC Idiomas Tudela, en Navarra, y fundadora de la ONG Supporting Healthcare in Kenia.
Desde Kenia, Oreja afirmó que se trata de "acusaciones falsas vertidas por el exdirector de la escuela de Kombani", que no funcionaría sin la ONG con sede en Tudela. Dicho director había sido denunciado por la propia Oreja al enterarse esta de que le estaba cobrando a los padres una mensualidad para que sus hijos pudieran acudir al colegio, cuando la escuela funcionaba de manera gratuita.
En esta institución, llamada Mamawatoto School, reciben educación gratuita, asistencia sanitaria y comida a 122 niños. Por eso Oreja está en graves apuros por la denuncia.
¿Qué pasó?
El director denunciante y su mujer se encargaron de la escuela durante dos años hasta que Oreja regresó a África. Entonces, las familias keniatas le contaron que en su ausencia, todo dejó de ser gratuito.
Oreja decidió despedir a la mujer e interpuso una denuncia por extorsión. "Actualmente se está llevando a cabo una investigación criminal donde mucha más información está saliendo a la luz. Esto parece una peli de terror", aseveró Oreja.
En represalia y, en su opinión, aprovechando su "indefensión como turista", el director y su mujer decidieron denunciarla por abuso y explotación infantil. "Su denuncia consiste en que soy una persona que va cambiando de identidad con el único propósito de esconder las actividades ilegales que estoy perpetuando en este país", dice Oreja.
La ONG fundada por Oreja recogía donativos desde España. A través de socios que pagaban 12 euros al mes, la organización trabajaba para que no les falta de nada a los niños. Ahora, mientras espera la sentencia y ve como el caso ya tomó trascendencia internacional, Oreja dijo que hará "lo que sea para proteger el proyecto, la ONG y que no cierren la escuela"
"No me voy a rendir", al tiempo que pidió ayuda del mundo para enfrentarse a un "juicio injusto". concluyó.
LG