Nueva Zelanda se reabrirá totalmente al mundo en agosto, poniendo fin a una de las más duras restricciones fronterizas por el covid-19, anunció el pasado miércoles la primera ministra, Jacinda Ardern.
A partir de las 23:59 horas del 31 de julio se eliminarán por completo las salvaguardias fronterizas y se suprimirán las pruebas previas a la salida, dijo Ardern, "Nueva Zelanda está ahora totalmente abierta para los negocios", finalizó.
Los controles que datan de marzo de 2020 fueron elogiados en su momento y permitieron a Nueva Zelanda tener una de las tasas de mortalidad por covid-19 más bajas entre los países industrializados.
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Sin embargo, hubo quienes los criticaron por falta de flexibilidad y compasión, por haber frenado a la economía.
Durante gran parte de la pandemia, quienes llegaban del exterior debían hacer dos semanas de cuarentena en hoteles del gobierno vigilados por los militares.
Tales restricciones fueron levantadas para residentes de Nueva Zelanda y viajeros de países que no requieren visa de entrada. Al resto del mundo se le dijo que deberá esperar a octubre.
Ardern anunció en un encuentro empresarial en Auckland que la fecha fue adelantada en más de dos meses como parte de una serie de anuncios para apuntalar la economía, en especial a la industria turística.
"Esta es una buena noticia para familias, empresas y nuestras comunidades de migrantes. También le da seguridad y tiempo de preparación a las empresas aéreas y de cruceros que piensan volver a Nueva Zelanda en las temporadas de primavera y verano", indicó la gobernante.
El país recibió 3.9 millones de visitantes internacionales en 2019, lo que convirtió al turismo en su principal fuente de divisas con más de 10 mil 900 millones de dólares anuales.
Ardern también anunció cambios importantes a las normas migratorias para atraer trabajadores de sectores deficitarios como ingeniería, salud y tecnología informática.
EABZ