El nuevo jefe de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Mark Rutte, expresó el martes su firme apoyo a Ucrania y dijo no estar preocupado por las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos, ya que podría trabajar con cualquiera de los dos candidatos.
Rutte tomó el martes el relevo de Jens Stoltenberg como secretario general de la OTAN pocas semanas antes de la votación presidencial estadunidense que enfrenta a la vicepresidenta, la demócrata Kamala Harris, con el republicano Donald Trump, que se ha mostrado crítico con la OTAN.
"Tenemos que asegurarnos de que Ucrania prevalezca como una nación soberana, independiente y democrática", dijo el ex primer ministro neerlandés Rutte a los periodistas en la sede de la OTAN en Bruselas.
La guerra en Ucrania ha vuelto a situar a la OTAN (fundada en 1949 para disuadir y defender de cualquier ataque de la Unión Soviética a Europa occidental) en el centro de los asuntos internacionales.
Rutte restó importancia a las preocupaciones en el seno de la alianza transatlántica por la votación en el poder predominante de la OTAN, diciendo: "No estoy preocupado. Conozco muy bien a ambos candidatos".
"Trabajé durante cuatro años con Donald Trump. Él era el que nos empujaba a gastar más (en defensa) y lo consiguió porque, de hecho, en este momento, estamos ahora en un nivel de gasto mucho más alto que cuando él asumió el cargo", añadió Rutte.
"Kamala Harris tiene un historial fantástico como vicepresidenta. Es una líder muy respetada, así que podré trabajar con ambos", dijo.
Responsables y diplomáticos de la OTAN esperan que Rutte mantenga las prioridades de Stoltenberg: conseguir apoyo para Ucrania, presionar a los países de la OTAN para que gasten más en defensa y mantener a Estados Unidos comprometido con la seguridad europea.
Stoltenberg, ex primer ministro de Noruega, dimitió como jefe de la alianza de 32 miembros tras una década turbulenta marcada sobre todo por la invasión de Ucrania por Rusia en 2022.
Discurso de aceptación de Rutte:
Suecia y Finlandia abandonaron largas tradiciones de no alineamiento para unirse a las filas de la OTAN y beneficiarse de su cláusula de defensa colectiva, según la cual un ataque a un miembro se considera un ataque a todos.
La guerra también impulsó a la OTAN a enviar miles de tropas más a su flanco oriental y a renovar radicalmente sus planes de defensa para tomar más en serio que en ningún otro momento desde el final de la Guerra Fría la posibilidad de un ataque de Moscú.
Mientras que los líderes occidentales insisten en que la OTAN es una alianza defensiva, Moscú la considera desde hace tiempo una amenaza para la seguridad de Rusia.
Según diplomáticos y analistas, una de las principales tareas de Rutte será convencer a los miembros de la OTAN de que aporten las tropas, armas y gastos adicionales necesarios para llevar a cabo los nuevos planes de defensa.
"Tenemos que hacer más en términos de defensa colectiva y disuasión. Tenemos que invertir más y colmar las lagunas de capacidad e intentar alcanzar todos los objetivos que la OTAN se ha fijado", dijo.
La Alianza adopta sus decisiones por consenso, por lo que gran parte del trabajo del secretario general consiste en forjar compromisos.
SNGZ