Dos padres argentinos se negaron a vacunar a su recién nacido, porque les preocupaban los "efectos que pudiera tener el medicamento" en el bebé; pero los doctores presentaron un recurso legal para obligarlos, que se resolvió ese mismo día.
La Unidad Procesal de Familia 17, en Roca, fue la encargada de dictaminar que los progenitores estaban obligados a inmunizar a su hijo contra la hepatitis B, así como reforzar sus defensas con vitamina K.
Los médicos no dudaron en acudir a la autoridad ante la actitud de los padres, porque suponía un "riesgo para la salud del niño, y un peligro social para los demás". Así que enviaron el caso por correo a la Defensoría de Menores e Incapaces, según reporta el medio local Río Negro.
El caso fue aprobado de inmediato, ya que ambas vacunas deben aplicarse durante las primeras 12 horas de vida del bebé para evitar hemorragias (en el caso de la vitamina K). Por esto, se resolvió como "medida autosatisfactoria de trámite exprés".
Los padres argumentaron en su defensa que no pretendían dejar a su hijo sin vacunas, pero querían una segunda opinión pediátrica para evitar "daños inminentes (...) ya sea por alergia o complicaciones", según la orden judicial.
De todos modos, los médicos solicitaron que la sentencia incluyera el esquema de vacunación completo, en vista de que los acusados podrían no aplicarlo al niño cuando creciera.
Por esto, se ordenó que las vacunas fueran aplicadas durante los 5 días subsecuentes a la sentencia, emitida el 19 de junio de 2024. De lo contrario, se aplicaría una "ejecución compulsiva" (una intervención judicial).
"El niño recién nacido no tiene autonomía para decidir por sí, ni capacidad para elegir y realizar acciones basadas en creencias o valores. El derecho a la vida y a la salud (…) colisiona con el derecho de los padres a tomar decisiones sobre la persona de su hijo bajo sus valores", justificó la sentencia.
SNGZ