Palacio de Buckingham prohibió contratar inmigrantes de color en 1960, revela The Guardian

El palacio afirmó que la reina Isabel II y su casa cumplen “en principio y en la práctica” con las leyes contra la discriminación.

Palacio de Buckingham en el centro de Londres.
AFP
Londres /

El Palacio de Buckingham vetó a minorías étnicas de puestos de oficina durante la década de 1960, según publicó el diario The Guardian, que citó documentos de los Archivos Nacionales británicos.

El reporte señala que el director financiero de la reina Isabel II dijo a los funcionarios en 1968 que el palacio no tenía por costumbre contratar “a inmigrantes de color o extranjeros” para puestos administrativos o de oficina.

El palacio respondió con dureza a las acusaciones y afirmó que la reina y su casa cumplen “en principio y en la práctica” con las leyes contra la discriminación.

“Las afirmaciones basadas en una versión de segunda mano de conversaciones de hace 50 años no deberían utilizarse para sacar o inferir conclusiones sobre operaciones y actividades de la actualidad”, indicó un portavoz del palacio, bajo condición de anonimato de acuerdo con las normas habituales de la casa real.

Las acusaciones de The Guardian derivan de su investigación sobre el empleo del mecanismo conocido como “consentimiento de la corona”, según el cual la monarca autoriza al Parlamento a debatir leyes que la afectan a ella.

El Parlamento aprobó en la década de 1970 leyes que prohibían la discriminación en función de la raza y el sexo. Documentos de los Archivos Nacionales muestran que los asesores de la reina influyeron en la redacción de esas normas, indicó el diario.

Esta noticia llega apenas unos meses después de que el príncipe Enrique, sexto en la línea sucesoria, y su esposa mestiza Meghan Markle acusaran a la familia real de racismo en una explosiva entrevista en la televisión estadunidense.

Los duques de Sussex afirmaron que un miembro no identificado de la familia real se había preocupado por el color de piel que tendrían sus hijos.

Su hermano, el príncipe Guillermo, llamado a ser rey, defendió la institución, asegurando que esta "no es una familia racista en absoluto".

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