El papa Francisco expresó hoy su "solidaridad con el pueblo birmano" tras el golpe de Estado, y exhortó al ejército a trabajar en favor de una "coexistencia democrática", mientras se ha vivido una jornada de intensas protestas contra la medida militar que generó una fuerte crítica desde la comunidad internacional.
La opinión del líder de la Iglesia católica surge luego de cumplirse una semana de la intervención militar que ha dejado a varias personas detenidas, entre ellas a Aung San Suu Kyi, consejera del Estado birmano.
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"Rezo por que quienes asumen responsabilidades en el país se comprometan, con sincera disponibilidad, al servicio del bien común, promoviendo la justicia social y la estabilidad nacional en favor de una coexistencia democrática armoniosa" declaró el pontífice tras la oración del Ángelus en el Vaticano.
El papa Francisco, que visitó Birmania en 2017, dijo que estaba siguiendo "con profunda preocupación" el golpe de Estado de las Fuerzas Armadas de ese país, que irrumpieron contra el poder civil tras acusar un supuesto fraude en las elecciones legislativas.
"En este momento tan delicado, quiero volver a asegurar al pueblo birmano mi cercanía espiritual, mi oración y mi solidaridad", declaró el papa Francisco.
Protestas en Birmania
Durante esta jornada, decenas de miles de birmanos se manifestaron en todo el país contra el golpe de Estado, siendo una de las mayores protestas desde la revuelta de 2007.
En Rangún, se estimaron unas cien mil personas que se congregaron cerca del Ayuntamiento de la capital económica, donde se había desplegado un fuerte dispositivo policial.
En varias ciudades del país también se organizaron protestas, con numerosos participantes.
En Naipyidó, la capital, a unos 350 kilómetros al norte de Rangún, cientos de personas desfilaron con sus motos por las grandes avenidas de la ciudad, construida por la junta militar, y donde normalmente no hay mucha gente.
OMZI