El Papa Francisco ofreció un almuerzo a mil 300 personas pobres y sin hogar el domingo, día en que la Iglesia Católica Romana celebra la Jornada Mundial de los Pobres.
El líder religioso, que ha estado utilizando una silla de ruedas y un bastón debido a una dolencia en la rodilla, se sentó con ellos en la gran sala de audiencias del Vaticano, donde fueron atendidos por camareros y camareras voluntarios.
- Te recomendamos "No no nos dejemos seducir por los cantos de sirena del populismo", pide el papa Francisco Internacional
Los invitados del Papa fueron traídos al Vaticano por grupos de caridad que los ayudan diariamente.
Antes, en la homilía de una misa en la Basílica de San Pedro, donde muchos de ellos se sentaron en las primeras filas, el papa Francisco pidió a las personas más afortunadas "romper esa sordera interior que nos impide escuchar el grito sofocado de dolor de los más frágiles" de la sociedad.
"Si nuestro corazón está apagado y es indiferente, no podemos escuchar su débil grito de dolor, no podemos llorar con ellos y por ellos, no podemos ver cuánta soledad y angustia se esconden también en los rincones olvidados de nuestras ciudades", afirmó.
El Papa estableció la jornada en 2016 para llamar más la atención sobre la pobreza, especialmente en las naciones ricas. Parroquias y grupos católicos de todo el mundo celebran actos para ayudar a los pobres en las comunidades locales.