En Perú, manifestantes acampan en la capital para la "toma de Lima"

Cientos de campesinos de Cusco, Ayacucho, Cajamarca, Puno y Andahuaylas llegaron en autobuses a la capital. Algunos están en Lima por primera vez.

Regiones del sur de Perú convocaron una movilización a la ciudad de Lima (reuters)
AFP
Lima, Perú /

Con colchones en el suelo, pasillos abarrotados y colas para desayunar, decenas de campesinos peruanos amanecieron en la capital del país para la toma de Lima tras más de 24 horas de viaje para exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarte.

Cientos de campesinos de Cusco, Ayacucho, Cajamarca, Puno y Andahuaylas llegaron en autobuses y camiones masticando hojas de coca para matar el hambre. Algunos están en Lima por primera vez.

"Venimos de la provincia de Chumbivilcas (Cusco) a defender nuestros derechos. Vinimos a hacer oír nuestra voz. Estamos tremendamente olvidados", dijo Edwin Condori, campesino de 43 años.

Condori y decenas de cuzqueños más pasaron la primera noche en la capital sobre colchones colocados en el piso de cemento de una habitación de 7 x 8 m, en un espacio cedido por un grupo de izquierda, ubicado en la plaza Bolognesi.

Habitantes y dirigentes de la Federación Nacional de Mujeres Campesinas del interior del país iniciaron la jornada con un ritual andino a la Pachamama (Madre Tierra), colocando en el suelo fotografías de víctimas de las protestas. 

En el ritual se utilizaban tierras agrícolas, granos de maíz, agua, frutas y flores traídas del Cusco.

Las demandas de los manifestantes son esencialmente políticas: renuncia del presidente, elecciones generales inmediatas y Asamblea Constituyente. El Gobierno rechazó todas las solicitudes.

"Queremos que Dina Boluarte renuncie. No nos sentimos representados por ella. Venimos de manera organizada a tomar las calles de Lima, a paralizar la capital, a ser escuchados”, dijo Jesús Gómez, un ingeniero agrónomo que cultiva papa, maíz y trigo en su finca en la ciudad de Chumbivilcas.

A Lima también llegaron campesinos cocaleros del valle del VRAEM, quienes hacían fila para desayunar sopa. 

No tenemos buena educación, no tenemos buena salud. Estamos muy olvidados por el gobierno”, dijo la cocalera Nélida Aguirre, de 30 años.

Por su parte, el gobierno sospecha las manifestaciones de sean pagadas por narcotráfico.

“Nosotros desde el VRAEM no estamos financiados por narcotraficantes, no somos terroristas. Somos campesinos”, afirmó Nélida. "Venimos a demostrar que los campesinos tenemos coraje. Mañana, si se toma Lima, será para que sientan (los gobiernos) cuánto hemos sufrido los campesinos".

La mayoría de los manifestantes llegaron con mochilas y poca ropa para sus protestas. 

"Mañana será un día de lucha para nosotros. Esta protesta durará hasta que renuncie el usurpador", dijo la líder de la región de Junín, Aurora Coronado, sobre la presidenta Dina Boluarte.

aag

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