Los creyentes ortodoxos rusos celebraron el Domingo de la Trinidad luego que el ícono más famoso de Rusia fue trasladado de un museo a la principal catedral de Moscú a pesar de las protestas de sus cuidadores.
El ícono de la Trinidad de Andrei Rublev, que se mantuvo en la Galería Tretyakov de Moscú desde la década de 1920, fue trasladado a la Catedral de Cristo Salvador antes del feriado por orden personal del presidente Vladimir Putin.
Putin tomó la abrupta decisión de entregar el ícono del siglo XV a la Iglesia pese de la férrea oposición de los cuidadores de Tretyakov, que advirtieron que el ícono era demasiado frágil para moverlo y requiere un cuidado constante para evitar un deterioro drástico en su condición.
El patriarca ortodoxo ruso Cirilo de Moscú respondió despidiendo a un sacerdote de alto rango que se puso del lado de los cuidadores del museo al aconsejar mantener el ícono en la Galería Tretyakov.
Cirilo dirigió una liturgia en la catedral el domingo, a la que asistieron cientos de creyentes, incluyendo algunos funcionarios.
La polémica sobre el ícono continuó el sábado, cuando el patriarca Cirilo declaró que permanecerá en la catedral durante un año, mientras que el Ministerio de Cultura y la Galería Tretyakov indicaron que esperaban que el ícono regresara después de dos semanas.
Analistas consideran que la orden de Putin de trasladar el ícono a la catedral es un reflejo de su intención de fortalecer los lazos con la Iglesia, que ha apoyado firmemente la campaña militar rusa en Ucrania.
MO