Un registro de sangre en un hospital de Sicilia, fue la clave que llevó a la detención de Matteo Messina Denaro, el mafioso más buscado de Italia.
Desde hace al menos tres meses, investigadores analizaban conversaciones interceptadas a familiares de Matteo Messina, conocido como el padrino de Cosa Nostra, quien llevaba 30 años prófugo, y le preseguía una cadena perpetua por varios asesinatos.
Entre indirectas y bromas, los investigadores llegaron a la conclusión de que el "padrino de Castelvetrano", como era conocido por su ciudad natal, estaba gravemente enfermo y que había sido operado en dos ocasiones en la ciudades sicilianas de Marsala y Palermo.
Posteriormente, bajo el supuesto de que una de las dos operaciones se realizó durante la pandemia de covid-19, buscaron en los registros del Ministerio de Salud que archiva los datos sobre los pacientes con cáncer.
Al comparar la información obtenida, los investigadores decidieron estudiar a todos los pacientes bajo los filtros de edad, sexo y lugar.
Al final, entre los nombres sospechosos figuraba Andrea Bonafede, sobrino de uno de sus aliados más fieles.
Pero un detalle traicionó a "u Siccu", el flaco, como le llamaban, porque el verdadero Andrea Bonafede se encontraba en otro lugar en vez de estar en el quirófano.
Autoridades esperaban a Matteo Messina este 16 de enero en la clínica Maddalena de Palermo donde acudía para una sesión de quimioterapia.
Miembros del operativo preguntaron su nombre al mafioso más buscado de Italia, quien no estaba armado y no se opuso a la detención.
"Soy Matteo Messina Denaro", respondió el último padrino de Cosa Nostra tras entregarse a los carabineros.
aag