Una ballena jorobada tuvo el dudoso honor de ser la primera que muere en aguas de Reino Unido golpeada por un barco, pues aunque se trata de un problema global, el caso de este cetáceo es bastante único, afirman investigadores británicos.
- Te recomendamos Captan a una ballena beluga en el río Támesis Fauna
Recientemente la ballena fue vista en el río Támesis, cerca de Londres, un avistamiento inusual que despertó el interés de los medios nacionales, al igual que sucedió con la beluga “Benny” que el año pasado nadó allí por varias semanas antes de partir hacia el Ártico.
Sin embargo, la ballena no tuvo tanta suerte y murió en el Támesis tras ser embestida por un barco, un “ataque” que ocurre en todos los océanos del mundo tanto en el mar como cerca de las costas y a menudo les causa lesiones o traumatismos.
Investigadores de la Universidad de Portsmouth, Inglaterra, refieren que el caso de este cetáceo es inusual, ya que el riesgo de colisión es mucho mayor en áreas donde les gusta nadar y transitan grandes cantidades de barcos, como la parte norte del Mediterráneo que tiene mucho tráfico de embarcaciones.
“Por supuesto, las ballenas no necesariamente lo saben. Sin embargo, aunque el área se ha convertido en una gran zona protegida especial para mamíferos marinos, se estima que 74 cachalotes podrían ser alcanzados por barcos en un solo verano”, indicaron en una declaración.
Sobre el caso de la jorobada del Támesis, “probablemente estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado”, ya que una necropsia llevada a cabo por científicos del Programa de Investigación de Varamientos de Cetáceos de Reino Unido, reveló que la ballena estaba en mal estado de salud.
Eso puede explicar su viaje al Támesis en primer lugar, pero una herida en su cabeza mostró que la causa de la muerte fue una colisión con un barco, un accidente que “sucedió a la vista del público”, puntualizaron los investigadores James Robbins y Sarah Marley.
Señalaron que en realidad se desconoce qué tan frecuentes son este tipo de accidentes, ya que las ballenas muertas se hunden y la evidencia suele desaparecer rápidamente bajo las olas.
Así, los pocos casos de ballenas muertas que llegan a tierra con heridas claras del impacto de un barco son sólo la punta del iceberg, en comparación con todas las colisiones que probablemente pasan desapercibidas.
“Como resultado, todavía hay muchas cosas que no sabemos sobre los choques de barcos, incluida información clave como la frecuencia con la que ocurren y en qué medida afectan la conservación de las ballenas”, admitieron.
Las embestidas de barcos han llevado a la disminución de la población de ballenas. Sin embargo, la amenaza de colisión realmente es un problema global que también afecta a focas, delfines, tiburones y tortugas en zonas costeras y alta mar alrededor del mundo.
De acuerdo con los investigadores, esta problemática ha aumentado debido a que los océanos están cambiando a un ritmo sin precedentes, ya que el tráfico ha incrementado la contaminación acústica que a su vez ha alterado los ciclos y comportamientos naturales.
Además, el cambio climático está cambiando la distribución del plancton, uno de los elementos preferidos en el menú de una ballena, lo cual podría provocar que se muden a nuevas áreas que se superponen con las rutas marítimas comerciales.
VJCM