La tensión crece en el Reino Unido de cara a un posible fin de semana violento. El primer ministro, Kier Stramer, pide alerta máxima a los seis mil policías desplegados en ocho ciudades británicas tras la convocatoria de la extrema derecha para este sábado.
El jefe de la policía británica, Gavin Stephens, informó que los días de paz, gracias a las contraprotestas, podrán ver su fin esta semana al detectar en diversos canales de difusión online el llamado a ocho concentraciones para el sábado en distintos puntos de Inglaterra e Irlanda, más una para el domingo en Londres frente al Parlamento.
Los disturbios promovidos contra el Islam llegan tras el asesinato de tres niñas en la región de Southport el pasado 29 de julio y la desinformación en redes sociales iniciada por el activista antislamista y antinmigración Tommy Robinson, quien aseguró que el atacante era un musulmán solicitante de asilo.
La ola de violencia recorrió las calles del Reino Unido, en especial las de Liverpool que vieron arder la Librería y Centro Comunitario Spellow en el segundo día de protestas. Además de las concentraciones frente a la mezquita más antigua del Reino Unido, The Abdullah Quilliam Society, cuyo Imán, Adam Kelwick, no dudó en salir a la calle con una bandeja de comida como gancho a entablar un diálogo que calmara los ánimos de los presentes.
“Cuando ellos vinieron, yo fui a su lado y le pregunte a algunas personas, exactamente ¿Contra qué estas protestando? Y nadie me pudo dar una respuesta segura. Pero estoy seguro que la gente estaba molesta, la gente está enojada en general y cuando lo mezclas con ignorancia y narrativas tóxicas como las que vimos en internet. Creo que esta es la causa del estallido de ira”, explica el líder de la comunidad musulmana en la ciudad de los Beatles.
Los constantes enfrentamientos generaron miedo, tanto así que muchos permanecieron escondidos. “La mayoría nos quedamos en casa”, comenta Mukhtar, “solo salimos ayer y hoy” cuando las cosas se calmaron y la gente les brindó apoyo, aunque “todos nos sentimos un poco ansiosos, nerviosos”, confiesa Hawwaa Bhakti, ciudadana inglesa y miembro de la comunidad musulmana.
“Nadie esperaba que esto pasara” que tuvieran que ocultarse con toda una vida en el Reino Unido sin problemas y “de repente era ahí, allá y allá. Las malas noticias venían de todos lados” continúa Mukhtar que admite que ahora está tranquilo.
Desde el inicio de las protestas, cerca de 600 manifestantes han sido detenidos. De ellos, 154 presentan cargos, algunos sentenciados hasta con 3 años de prisión por disturbios en las calles, otros por difundir mensajes de odio en redes sociales, como Jordan Parlour de 28 años, condenado a 20 meses de prisión por postear en Facebook: "Todo hombre y su perro deberán estar destrozando el Hotel Britannia".
La escalada de la extrema derecha en Europa y Reino Unido, aseguran, viene alentada por las fakes news y canales de difusión sin control en Telegrama, Tik Tok y X, antes Twitter.
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Desde los servicios de inteligencia británica se trabaja en vigilar los contenidos online a través de la ley Safty Act, modificada hace un año y que se pretende endurecer para el 2025.
El CEO de la Mezquita Abdullah Quilliam, Mumin Khan, no sabe “qué es lo que realmente está provocando los movimientos de extrema derecha y su crecimiento en Europa, pero creo la gente debería de pensar más en ello y el gobierno abordarlo y controlarlo de raíz. Es el gobierno quien en realidad tiene que trabajar con la gente de extrema derecha. Debe de llevar el mensaje de que estas cosas no se toleran y así todos vivir en armonía” ya que considera que la gente tienen desconocimiento de su comunidad.
Kelwick aprovechó la ola de violencia para llegar a parte de la sociedad que nunca “hemos tenido contacto antes.” El Imán ve una oportunidad de cambio ante las protestas. “Quiero seguir con estas difíciles pero honestas discusiones con miembros de esas sociedades a las que no les agrado, ni mi comunidad, ni mi fe. Creo que es la única manera de hacerlo."
"Entonces, lo primero es reconocer que la otra parte es humana. Lo segundo es hablar pero más importante es escuchar. Como digo, si mezclas comida y esos puntos, es la receta perfecta para el éxito”, asegura y aclara que tras esa noche de violencia desatada en Liverpool.
“Uno de los líderes de las protestas me invitó, junto a miembros de mi comunidad a acompañarlos a un paseo por las montañas del norte de Gales, lo aceptamos y seremos 30 los que acompañaremos a estas personas” las que fueron a enfrentarlos y tras la bondad de Adam “me han dicho: sentémonos y hablemos”, eso sí “haremos un detox de la tecnología y eso vendrá bien” concluye el Imán.
EHR