Las autoridades de República Dominicana cerraron las escuelas y oficinas gubernamentales el martes mientras la tormenta tropical Franklin se dirigía a la isla de La Española que comparte con Haití, y amenazaba con provocar aludes y fuertes inundaciones.
Se tiene previsto que la tormenta toque tierra en la isla el miércoles y cause fuertes lluvias de hasta 25 centímetros en ambos países, con hasta 38 centímetros en áreas aisladas. Los aguaceros son motivo de gran preocupación para Haití, donde la erosión severa en muchos lugares puede provocar inundaciones catastróficas.
Funcionarios dominicanos anunciaron los cierres de escuelas, oficinas gubernamentales y negocios hasta el jueves, también planeaba cerrar seis aeropuertos. En Haití, después de un día de fuertes lluvias por una tormenta eléctrica en junio dejó más de 40 muertos, los funcionarios pidieron cautela, pero no han anunciado ningún cierre, y las escuelas están de vacaciones de verano hasta mediados de septiembre.
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En Santo Domingo, la capital dominicana, Pedro Julio de la Cruz, un mecánico de 42 años de edad, dijo que él y su familia estaban sopesando si quedarse con familiares que viven en zonas más altas dado que él, su madre y tía viven cerca del río Ozama, en una comunidad que suele inundarse.
“No hemos dormido mucho”, comentó, y añadió que estaban preocupados porque empezó a llover el lunes por la noche.
La tormenta se ubicaba el martes por la tarde a unos 320 kilómetros al sur-suroeste de Santo Domingo. Tenía vientos máximos sostenidos de 65 kilómetros por hora y se movía hacia el noroeste a 9 kilómetros por hora.
"Franklin había perdido velocidad y estaba desorganizado, podría mantenerse sobre La Española durante gran parte del miércoles antes de salir a mar abierto a última hora del día", según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.
Por lo menos 24 de las 31 provincias de República Dominicana estaban en alerta roja a medida que se aproximaba la tormenta, y el Ministerio de Obras Públicas anunció que desplegó tres mil trabajadores a más de una decena de provincias para prepararse para la llegada de Franklin. Sin embargo, el gobierno dijo que el pronóstico de fuertes lluvias no sería un problema para las múltiples represas del país, ya que los niveles de agua están bajos.
En la capital haitiana, Jerome Jean-Pierre, de 46 años, que vende refrescos fríos en una carretilla, dijo que escuchó sobre la tormenta en la radio y planeaba quedarse en interiores. Dijo que esperaba que Franklin no impactara Haití como lo hizo el huracán Matthew en octubre de 2016.
“Eso fue realmente horrible, vi a mucha gente arrastrada”, dijo.
Mackenson Barbouze, un profesor de 34 años, dijo que el momento de la tormenta es malo porque Haití ya está luchando contra un aumento de la violencia de pandillas, y más de 200 mil personas se han visto obligadas a huir de sus hogares.
“Creará un caos que se sumará a lo que ya tenemos, las secuelas de las tormentas son particularmente malas en Haití debido a que el gobierno es incapaz de responder rápidamente. La mayoría de las agencias son disfuncionales, tienen las palabras, pero no tienen el poder de hacerlo”, comentó.
El martes por la tarde, el director de protección civil de Haití, Jerry Chandler, dijo que se movilizaron equipos para ayudar a las personas desplazadas que viven en albergues o en la calle, y señaló que tenían que ser extremadamente cuidadosos.
El primer ministro haitiano, Ariel Henry, también pidió tener cuidado, advirtió a la población que se abasteciera de agua, alimentos y medicamentos, y que se mantuviera alejada del agua hasta el jueves.
“El gobierno está haciendo todo lo que puede para ayudar. Sé que hay mucha gente preocupada, pero tenemos que tener confianza en que actuaremos rápido si es necesario”, señaló.
Una alerta de tormenta tropical estaba vigente para toda la costa sur de República Dominicana y Haití, así como para toda la costa norte dominicana. También se emitió un aviso preventivo para las Islas Turcas y Caicos.
En tanto, una depresión tropical en el Golfo de México se fortaleció durante la noche para convertirse en la tormenta tropical Harold, que impactó la costa sur de Texas el martes y después se degradó a depresión.
El 10 de agosto, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) advirtió que la temporada de huracanes de este año estaría por encima de lo normal.
"Se pronostican entre 14 y 21 tormentas con nombre. De esas, de seis a 11 podrían convertirse en huracanes, mientras que de dos a cinco de ellas podrían adquirir fuerza de huracán de categoría 3 o más", según la NOAA.
La temporada de huracanes en el Atlántico se extiende desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre.
IDM