Los políticos rusos despidieron en un servicio religioso a Daria Dugina, la hija de uno de los más destacados ideólogos nacionalistas rusos, saludándola como una mártir cuya muerte debe inspirar a las fuerzas rusas que luchan en Ucrania.
Dugina, hija del ultranacionalista Alexander Duguin, murió el sábado en un atentado con auto bomba en las afueras de Moscú. El servicio de seguridad ruso FSB acusó a los servicios de inteligencia ucranianos de ser los autores intelectuales de su asesinato, algo que Kiev niega.
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El miércoles se cumplen seis meses de lo que Rusia llama su "operación militar especial" en Ucrania, y la muerte de Dugina suscitó llamados a la venganza entre la élite política de Moscú. La embajada de Estados Unidos en Kiev advirtió de la posibilidad de que aumenten los ataques militares rusos.
"Lo considero un crimen bárbaro para el que no puede haber perdón", dijo a los medios el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov. "Espero que la investigación se complete con rapidez y según los resultados de esta investigación, por supuesto, no puede haber piedad para los organizadores, los que encargaron esto, y los autores".
El centro de televisión de Moscú fue el escenario de una gran muestra de luto nacional, ya que políticos de alto nivel, compañeros nacionalistas y amigos pasaron junto al oscuro ataúd de madera de Dugina para despedirse, depositar flores y transmitir sus condolencias a sus padres, sentados cerca.
Una gran fotografía en blanco y negro de la fallecida, de 30 años, que trabajaba como periodista y comentarista en medios de comunicación nacionalistas, colgaba en una pared negra detrás de su ataúd mientras sonaba una música sombría.
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Su padre, Duguin, de 60 años, que durante años ha defendido la creación de un nuevo imperio ruso que absorba el territorio de países como Ucrania, dijo a los dolientes que su hija había muerto por Rusia.
"Si su trágica muerte ha conmovido a alguien, ella le habría pedido que defendiera la sagrada ortodoxia (rusa), al pueblo y a la Patria", dijo Dugin, vestido de negro y visiblemente afligido. "Ella murió por Rusia, en la patria y en el frente que no está en Ucrania, sino aquí".
Konstantin Malofeyev, amigo íntimo de la familia y rico magnate empresarial ultranacionalista, marcó el tono de muchos de los homenajes que se sucedieron por parte de los políticos rusos, aclamando a la mujer asesinada como una mártir cuya muerte hacía más importante que Rusia se imponga a Ucrania.
"La gente que lucha contra nosotros no entiende que el pueblo ruso no está formado sólo por los que están vivos ahora. Sino que está formado por los que vivieron antes que nosotros y los que vivirán después. Y nos haremos más fuertes con la sangre de nuestros mártires", señaló.
"Y gracias al prematuro final de nuestra querida Dasha (Daria) saldremos definitivamente victoriosos de esta guerra", agregó.
Leonid Slutsky, líder del partido nacionalista LDPR, predijo que las calles y plazas llevarían el nombre de Dugina antes de hacer un llamamiento a la unidad. "Un país, un presidente, una victoria", afirmó.
ATC