En varias ciudades españolas han comenzado a aparecer salchichas rellenas de clavos para matar a los perros.
Están por todos lados, no es la primera vez que ocurre y también representan un peligro para los indigentes e incluso para niños.
Aún no se sabe quién las coloca, lo cierto es que el asunto es tan grave que la Policía Nacional ha alertado desde su página de Internet y desde las redes sociales para que la gente tenga cuidado con estas salchichas.
En otras ocasiones ha pasado que los clavos vienen envueltos en albóndigas y los avisos se han extendido, sobre todo, a propietarios de perros.
En España prácticamente no existen perros callejeros, se puede ver alguno que otro en pequeños pueblos, pero en las grandes ciudades no los hay.
Sin embargo, un problema que sí existe, en comparación con el resto de Europa, es que las calles están llenas de excrementos y orines de perro que son sacados a pasear por sus propietarios no sólo en parques sino en las calles.
De hecho, el problema de la suciedad es tan grave que, por ejemplo, en Madrid la multas por no recoger las heces de perro en las calles van desde 751 a los mil 500 euros, así lo dice la Ordenanza de Limpieza de Espacios Públicos y Gestión de Residuos del Ayuntamiento de la capital española. De estas multas, sólo son eximidas las personas invidentes con perros guía.
No obstante, la alcaldesa Manuela Carmena puso en marcha un plan que consiste en que en lugar de pagar el dinero de la sanción ésta podrá ser sustituida por trabajos de limpieza en determinados barrios de Madrid.
Esto se hizo tras la elaboración de un mapa de deposiciones de perros elaborado por el Ayuntamiento que dejó sorprendidos a los propietarios de perros, ya que la Policía Municipal se encargó de investigar los sitios más sucios de Madrid.
En el caso de Zaragoza, los vecinos que vean heces de perro en las calles pueden recoger una muestra y enviarla al laboratorio de la Facultad de Veterinaria para que se realicen análisis.
El Ayuntamiento modificó una ordenanza para que los dueños de los perros tengan que registrarlos proporcionando una muestra de ADN, de esa forma se puede determinar de qué perro es el excremento y, por tanto, poder multar a su dueño.
Con todo y esto, las salchichas rellenas de clavos se han convertido en un nuevo problema para la Policía Nacional, aunque aún no se sabe cuál será la sanción que se impondrá a la persona que sea sorprendida tirándolas en la calle.
alec